Menú

Patriotas mediopensionistas y la construcción de una alternativa

¿Qué le falla entonces a la Derecha en España para no terminar de convencer a una mayoría de la población española?

¿Qué le falla entonces a la Derecha en España para no terminar de convencer a una mayoría de la población española?
Santiago Abascal, Marine Le Pen, Viktor Orban, Geert Wilders en la cumbre Patriotas. | Europa Press

Los patriotas europeos se han reunido en Madrid. Uno podría pensar que estos patriotas estarían dispuestos a dar la vida por Europa, pero no, sólo por la parte de Europa que les interesa. Ucrania no entra en sus planes. Son patriotas pero defienden a un presidente que se declara enemigo de Europa y que quiere fastidiar la vida a nuestros agricultores e industriales; son patriotas pero solo para aquellos que comparten su modelo social, político y de convivencia; ¡vamos!, que hablamos de patriotas mediopensionistas. Anhelan un pasado que ya no existe y que sería inviable hoy en día, por mucho que se empeñen en explicarnos lo contrario. Incluso aspiran a un integrismo político, imponiendo su visión moral a todo el mundo, basado en una ética religiosa que la mayoría de sus votantes desconocen y en algunos casos desprecian.

Pero la alternativa a este mundo no es echarse en brazos de un modelo socialdemócrata que ya no funciona, por muy buenos deseos a los que aspire. No salen las cuentas. Si analizamos hacia dónde van a ir los gastos públicos, y vemos cómo se limita la capacidad de crecimiento del sector privado, no hace falta ser un lince económico para darse cuenta de que el sistema es inviable. El problema es que la tendencia en Europa es acabar con el segundo, es decir con el motor del país antes de empezar a rebajar la calidad de la piel de los asientos, eliminar los sistemas de navegación con cámaras etc. para terminar sin motor y sin coche, todos en motocicleta y asumiendo que somos afortunados.

Un sistema económico eficiente, y por ende la supervivencia de la democracia, solo es viable poniendo toda la energía posible, toda la acción política en el motor y a esto debe dedicar el Partido Popular todos los esfuerzos y todas las acciones. Ninguna medida o regulación debería aprobarse sin una evaluación de su impacto en la economía, en las empresas y en los autónomos.

¿Qué le falla entonces a la Derecha en España para no terminar de convencer a una mayoría de la población española? La falta de fe en sus recetas, incluso las dudas sobre sus propias recetas.

Lo primero que no debe hacer es dejarse llevar por los discursos de uno u otro lado y tener un discurso propio. El día después de las elecciones solo existirá para el ganador.

La inmigración irregular y el problema de los menores no acompañados es algo que no es difícil de resolver, si se despolitiza y se ponen los medios necesarios para evitar el problema en origen. España necesita inmigrantes, y no vamos a comenzar a discriminar entre buenos y malos en función de su lengua o su religión, lo importante es que cumplan las leyes y trabajen. Los extranjeros que están en España de forma ilegal que delincan deben ser expulsados al cumplir su condena y cerciorarse de que no volverán a entrar. Las fronteras exteriores, con la Inteligencia Artificial y la Guardia Civil bien dotada de medios y de autoridad, es más que suficiente para controlar el problema. No me puedo creer que no seamos capaces de controlar nuestra frontera y nuestras aguas. Solo hace falta coraje.

España no es un país inseguro, pero mucha gente no lo cree porque las redes sociales insisten en lo contrario. La solución de la izquierda es limitar al vocero, la solución de la derecha debe ser prevenir el delito, juicios rápidos y que los delincuentes multirreincidentes vean agravada su pena. Al final todo este mundo de la criminalidad es muy endogámico y relativamente reducido y a poco que el sistema de prevención/reprensión/reinserción penal funcione con celeridad, veremos resultados inmediatos.

El gasto público no resiste el devenir de la economía. Hay que adelgazar el estado, pero no solo la grasa como defienden los buenistas, sino que hay que replantear el papel del estado en la sociedad y en la economía. Una sociedad liberada del peso de lo público se sentirá más libre. Hay que acabar con la sensación de que lo público es lo justo, lo bueno y lo eficaz y que lo privado representa todo lo contrario. Esto solo se consigue adelgazando el poder del presupuesto del estado y así eliminaremos el chantaje de lo público. Necesitamos que el estado ahorre y deje de gastar lo que no tiene, sacrificando el futuro de nuestros hijos y nietos. Cuando los negocios y los empleos no dependan del subsidio o de la plaza en la Administración, todo volverá a su esencia. Si el sector público funcionase mejor que el privado ya hace décadas que viviríamos en el comunismo.

El problema de la vivienda se resuelve con desregulación y más mercado y consiguiendo que los jóvenes trabajen y tengan sueldos competitivos. Todo lo demás es hacer política a costa de un tema esencial para la convivencia del país. Tiene narices que no haya un problema de vivienda en Singapur donde viven seis millones de personas encapsuladas en una isla del tamaño de la tercera parte de Guipúzcoa y aquí no haya ni suelo disponible ni viviendas baratas.

Vox no nació por un impulso ideológico, ni como una reivindicación del franquismo, arma a la que recurre Sánchez cuando los números no le salen, fue la reacción a un modelo socialdemócrata y omnicomprensivo del gobierno de Rajoy, que seguramente tampoco tuvo alternativa ante la magnitud del legado de Zapatero. El independentismo y Bolinaga hicieron el trabajo que la derecha populista no había conseguido hacer en décadas. Vox nació de la derecha neocón que no se sentía representada por ninguna corriente en el Partido Popular, y que fue abandonada rápidamente por la nueva dirección de Vox, más centrada en la nueva derecha conservadora que nadie entiende qué significa y que se define más por sus enemigos que por sus propuestas. El Partido Popular ha evolucionado de Reagan y Bush a Biden y Vox ha tomado el ejemplo de Trump, y claro. ¡como para no estar perdidos!

Todos los que abandonan Vox porque discrepan de ese modelo rancio, casposo, neofalangista, divisor, deben tener un acomodo natural en el Partido Popular: en nada sustancial difieren sus posicionamientos liberales de los que son la seña de identidad del centro derecha. Entiendo que algunos recelen de algunos posicionamientos, pero es que hay tanto espacio que debe cubrirse hasta llegar a Sánchez, que hay que encontrar un mínimo común múltiplo en toda esta amalgama ideológica que debe entenderse en lo esencial con facilidad y orillar las diferencias que deben ser en cuestiones menores. Yo sé que algunos utilizan estas diferencias para acentuar su posicionamiento o para delatar al contrario, pero con estos mimbres hay que actuar.

Existe un objetivo necesario e histórico que es crear un camino de país sin servidumbres, con futuro, en el que todos deben caber eliminando los obstáculos que se interponen por ideologías que han demostrado su fracaso. Un modelo que asegure que la libertad individual es un muro solo franqueable por la verdad, pero que entienda que la solidaridad solo es posible si existen los recursos y estos solo se generan en las empresas y en los autónomos. Este el motor que hay que cuidar y preservar y para ello hay que desregular, realizar más inversión pública, reducir el déficit público, incentivar el trabajo y no el descanso y poner el dinero de los trabajadores y empresarios donde produzca un beneficio mayor. en todos los sentidos. que en sus propias manos.

Hay que crear una educación de excelencia y eso exige dotar al profesor de autoridad, premiar el esfuerzo y generar élites intelectuales, un sistema que permita disponer de buenos médicos e ingenieros y no que tengamos que importarlos mientras nuestros jóvenes titulados en cuestiones irrelevantes trabajan poniendo copas o repartiendo hamburguesas. Una sociedad que permita que cada persona realice sus opciones personales y que tenga el apoyo necesario cuando sea requerido, sin por ello, desdeñar u orillar el papel fundamental de los valores tradicionales y de la familia. Una sociedad que proteja a los más débiles, a los niños y a las mujeres, sin poner epítetos o modificar nombres simplemente para que no se vean amenazados sus rancios principios y sin hacer de algo tan esencial a la existencia del estado, una cuestión política. Un estado incapaz de proteger a sus mujeres, a sus niños, a los colectivos más amenazados, de mantener la seguridad en cualquier barrio del país, habrá perdido su razón de ser.

Y finalmente una derecha que se reconozca en los valores occidentales, en Europa, en el mundo libre. Que sea un actor y socio fiable en la lucha contra toda forma de terrorismo, contra las dictaduras, contra el autoritarismo y el nacionalismo excluyente, que se mantenga alejada de discursos indigenistas, violentos, autoritarios, discriminadores, de odio, de racismo, contrarios a la moral o a nuestros valores asentados durante siglos.

No parece tan difícil, pero el objetivo es tan importante y relevante, que no se entiende que no se alcancen los acuerdos para generar un proyecto para una gran mayoría de la población española, para esa gran clase media, que estoy seguro se visualiza en estas ideas.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal