La banda de la cachiporra del Lechero

Cada vez que pensamos que la manipulación informativa de la televisión estatal ha tocado techo, llega Xabier Fortes y nos sorprende con un nuevo alarde lacayuno contra los rivales políticos que Sánchez ha ordenado destruir. El programa de este jueves en la televisión gubernamental fue tan burdo, tan grosero, tan violento en definitiva, que será recordado en el futuro como el momento en el que TVE se degradó hasta unos niveles de los que ya no se puede salir.

RTVE es la banda de la cachiporra de Sánchez, cuyos integrantes ya ni siquiera disimulan para quién trabajan porque a las órdenes del sanchismo ya no es necesario guardar las formas. Solo así se puede entender que la televisión estatal organizara un pelotón de ejecución en directo para machacar a Isabel Díaz Ayuso a cuenta de los fallecidos en las residencias de mayores de Madrid durante la primera oleada de la pandemia. Porque en España el Gobierno lo hizo fenomenal, las comunidades autónomas mejor aún y los ayuntamientos rayaron en la excelencia. La única excepción fue la Comunidad de Madrid, donde se asesinó a los ancianos de las residencias porque Ayuso no tiene corazón.

Da igual que la mortalidad en las residencias de Madrid fuera menor que en otras regiones, que los protocolos de derivación de enfermos a los hospitales fueran similares a los que se implantaron en autonomías socialistas, que Sánchez y Salvador Illa se dedicaran a torpedear todas las decisiones del Gobierno de Díaz Ayuso cuando empezó a cerrar los colegios y centros de ocio de mayores de Madrid a finales de febrero, porque Fernando Simón decía que en España solo iba a haber uno o dos casos de covid y el Ministerio de Sanidad decidió que no iba a hacer falta mascarillas.

Los errores del Gobierno costaron 150.000 vidas humanas y nos convirtieron en el país con mayor mortalidad por covid de todo el mundo civilizado, pero ese dato fundamental no apareció en un programa destinado, precisamente, a analizar lo que sucedió aquellos días cinco años después. En realidad, el espacio ideado por Fortes fue simplemente el pretexto para introducir un documental, 7.291, elaborado con clara intencionalidad política contra la presidenta de Madrid.

El montaje fue tan burdo que hasta el periodista de El País (¡El País!) acabó templando gaitas, avergonzado por el espectáculo de casquería organizado por el lechero. La cuota de pluralismo la ejerció el portavoz del PP de Madrid, que hizo lo que pudo el hombre porque Isabel Díaz Ayuso declinó la invitación para estar en el plató, como recordó Fortes en varias ocasiones. Pero es que nadie acude de buen grado cuando lo cita un pelotón de fusilamiento, Xabier, especialmente si se trata de la televisión de Sánchez, caracterizada por no hacer prisioneros cuando se trata de los enemigos señalados por el puto amo.

¿Por qué tenemos que financiar esta basura? Porque lo dice Sánchez y a callar todo el mundo, claro, pero la obsesión del satrapilla con Díaz Ayuso y el despliegue de medios y esbirros que conlleva han llevado a un punto de no retorno a la Televisión Espantosa, un mastodonte mediático ultraizquierdista destinado ya únicamente a entretener a la charocracia.

Lo de este jueves fue como aquel espacio vomitivo de una cadena privada cuando aparecieron los cadáveres de las niñas de Alcácer, el ejemplo perfecto de cómo un medio de comunicación puede convertirse en un estercolero y servir de modelo negativo para que las generaciones futuras de profesionales no caigan jamás en semejante tentación.