
La situación política española es esperpéntica. El gobierno de España está roto. No tiene el apoyo de sus socios. Incumple todos los días y a todas horas las más elementales tradiciones de la democracia. Y, por supuesto, elude, siguiendo lo pactado entre el PP y el PSOE en el comienzo del régimen 78, su responsabilidad política en los casos de corrupción que apuntan a Sánchez; cuando la decisión política sobre los casos de corrupción se hace depender de lo que dicten los tribunales de justicia, desaparece la democracia, y, además, se politiza perversamente el ámbito del derecho y la justicia. En este punto, sin duda alguna, la "democracia" española es inexistente, sobre todo si se compara con la de otros países de Europa, por ejemplo, con Portugal. En fin, todos estos asuntos son conocidos, pero no por trillados los vamos a dejar de mencionar y volver sobre ellos, o sea, esto, la España de Sánchez, no tiene nada de democracia. Es una puñetera pantomima soportada por castas políticas impresentables. Su negocio es el poder, o sea, vivir del erario público. Son castas, gentuza profesional e intelectualmente hablando, que fuera del negocio del poder político, estarían lampando… El Gobierno, pues, sólo está ahí. Simula y engaña y el resto se deja engañar.
¿Y qué hace la Oposición del PP? Intenta oponerse, incluso como ayer en el Congreso de los Diputados, lo hizo con cierta inteligencia; el PP, pues, hace lo que puede, como diría un castizo, pero tampoco es para tirar cohetes, pues que todo está tan medido que más parece un teatrillo… Sí, formalmente, Núñez Feijóo dice lo que hay que decir, e incluso lo dice bien, pero falta algo que nos haga albergar alguna ilusión política. Sí, falta eso que antaño se llamaba un proyecto, en cierto sentido, un discurso que marque nuestro destino colectivo. Faltan frases, ideas y coraje políticos para acabar con este rollo de Sánchez y sus matones separatistas y comunistas. Sin embargo, concedamos a Núñez Feijóo que ayer en el Congreso de los Diputados estuvo muy bien. Dijo todo lo que tenía que decir. Y, además, le llamó al jefe de Gobierno lo que piensan millones de ciudadanos: "Sánchez es un ser que no tiene vergüenza".
Y, sin embargo, a Feijóo le falta algo. Me explico. Sánchez ha anunciado un plan en el Congreso de los Diputados, de acuerdo con lo exigido por la Comisión de la UE, que apoyan conjuntamente Sánchez y Feijóo. El plan saldría adelante "antes del verano". Su objetivo es que "España contribuya y se beneficie de este estímulo tecnológico industrial". Núñez Feijóo respondió con contundencia al anuncio de Sánchez de "un gran plan nacional para el desarrollo e impulso de la tecnología de la seguridad y la Defensa". Sí, frente a un plan para rearmar a la Unión Europea que, paradójicamente, rehuye el término "rearme", el líder del PP fue exacto: "Usted no ha venido a ofrecer un plan de Defensa, porque no lo tiene. No ha venido en calidad de presidente del Gobierno, porque no tiene un Gobierno que le respalde. Tendría que haber visto la cara de la vicepresidenta Yolanda Díaz", añadió Feijóo. En esta línea, el presidente del Partido Popular ha preguntado que "¿cómo va a dar lecciones de seguridad quien cede las fronteras a quiénes no creen en España?". "¡Usted a los españoles nos toma como idiotas!". "Ni Presupuestos ni debate de estado de la nación. Sin estas dos cosas seguirá siendo presidente, pero de la nada". Y, finalmente: "El Pedro Sánchez de 2017 le estaría pidiendo la dimisión".
La intervención de Feijóo ha sido magistral. Pero no es creíble. Sin caer en falsas tragedias y ridículas comedias, por decirlo con amor, que es la única manera de tomarse la vida en serio, rompa todos sus vínculos con el PSOE en Bruselas, en la UE, y me creeré su discurso. ¿Cómo pedirle a Sánchez que no haga lo que ha pactado con él en Bruselas? Sí, sí, los de Vox tienen mucha razón al exigirle al PP coherencia, aunque los de Abascal caigan en otras incoherencias, pero eso es otro asunto.
