Lleva siete años aferrado al poder sin presupuestos. Va a tener razón Pérez-Reverte, ni con agua hirviendo. Pero por primera vez es otro u otros los que condicionan las riendas de su poder. Pongamos que hablo de José Luis Ábalos.
Algunos socialistas, como Tomás Gómez ven incluso el principio del fin del gobierno de Pedro Sánchez. Todavía falta mucha mierda por ventear, y mucha democracia que erosionar. Lo que sí es probable es que sea el principio del fin de su omertá.
Su compi Ábalos sólo ha sacado mensajes hirientes, pero no hechos delictivos inculpatorios. Mensajes que dejan en pelotas la calaña moral de la que está hecho el presidente, pero no material judicial para encausarlo. Dicen que la venganza se sirve en plato frio, y Ábalos está demasiado resentido como para privarse del placer de tomarla a sorbos. Poco a poco.
Por dos motivos. El primero, porque un putero nunca se queda con la más fea, y el segundo, porque aún cree que el presidente puede salvarle del infierno, y conociéndolo, sabe que sólo chantajeándolo de verdad romperá las reglas para hacerle un apaño. O, al menos, mitigar los daños. Si ha dado una amnistía, ha indultado a los corruptos de los ERES de Andalucía, o ha convertido al CIS de Tezanos en el mentidero nacional sin inmutarse, ¿por qué no va a buscarle un apaño a la medida? ¿Quién mejor que él sabe las mañas que se gasta?
Por eso, estos primeros mensajes solo serán salvas hirientes, no penales. Aviso a navegantes. Si su compañero de maldades lo deja a la intemperie, como ha hecho hasta ahora, sacará munición pesada. Repito, aviso a navegantes, hasta ahora los mensajitos solo han sido luz de gas. El resentimiento es una de las emociones más incontrolables. Pedro debería saberlo, porque él ha hecho su carrera política subido en un Peugeot 407 infectado de resentimiento contra su partido.
Curiosamente, en ese Peugeot comenzaron la reconquista del PSOE en 2016 cuatro inseparables: Pedro Sánchez, Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo. Todas las fechorías, que desde hace siete años vienen haciendo desde el poder, se deben a ellos: Ábalos fue el ponente de la moción de censura contra Rajoy que los llevaría al poder. Paradójicamente, estuvo basada en la denuncia por corrupción. Santos Cerdán es quién ha muñido todos los pactos con bilduetarras y con Puigdemont para otorgar indultos, amnistías… y la mano sucia que ha vendido por parcelas la legalidad constitucional a todos los enemigos de España para mantener en el poder a Pedro Sánchez. Hoy acaba de entrar con Audis y Volvos en los mensajitos. Koldo García está tras todos los apaños de la corrupción de José Luis Ábalos. Decía el lunes el presidente de Castilla la Mancha en Onda Cero: "La relación de Ábalos y Sánchez era de uña y carne". ¿Alguien cree que el jefe de esa banda era el único que no participaba de la corrupción política, económica y ética? ¿De verdad alguien cree que el caudillo despótico de todos ellos es el único limpio?
De momento, la primera salva de mensajes le han dejado en pelotas ante todo el pueblo español. Su ruindad, su desprecio por los propios compañeros de gobierno, su despotismo, matonismo, intransigencia y zafiedad tatuarán su piel a la vista de todos. La inocencia, como la virginidad, cuando se pierden ya no se recuperan. Los mensajes serán su herencia política, de los que no se podrá librar jamás. Como dicen en mi pueblo, a todo cerdo le llega su San Martín. Y mientras tanto, toda la izquierda indignada por la publicación de los mensajes, pero indiferente ante el despotismo antidemocrático que vierten.
CODA: Los Meconios lo plasmaban ayer en un tuit diáfano: "Hola, votante socialista. Si Pedro Sánchez piensa que su ministra de Defensa es una pájara, su Exvicepresidente un maltratador cuñadísimo y sus barones unos petardos impresentables, imagina lo que pensará de ti… Dale una vuelta".