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Tormentas y mareas

La tropelía del Constitucional será el detonante último para que algunos les preparen un pijama de rayas en Soto del Real.

La tropelía del Constitucional será el detonante último para que algunos les preparen un pijama de rayas en Soto del Real.
MADRID, 23/06/2025.- El presidente y la vicepresidenta del Tribunal Constitucional (TC), Cándido Conde Pumpido e Inmaculada Montalbán, respectivamente, durante el pleno pleno histórico de cinco días, que ha arrancado este lunes en Madrid, centrado en exclusiva en la ley de amnistía, con una ponencia que propone avalar la norma en líneas generales y que augura un debate intenso entre sus magistrados. EFE/ Borja Sanchez-Trillo | EFE

Es difícil ponerse en la situación de los seis fulanos del TC que han cometido la brutalidad de saltarse la ley de leyes, la Constitución, que da legitimidad a su función. Se han entregado a Sánchez pervirtiendo su destino. Elos no dan nada solo quitan. Simulan conceder "legalidad" a una norma ilegal sobre la amnistía a los golpistas catalanes. Pobres. El simulacro no se lo cree nadie. Por lo tanto, no se olvidará fácilmente, como cree algún mastuerzo del periodismo, la tropelía cometida. ¿Cómo se va a olvidar la tropelía si han conseguido deslegitimar por completo la institución del Tribunal Constitucional? Esta institución ha muerto. Es el comienzo del fin del sanchismo. No nos entretengamos con asuntos menores. Apostemos por ganar, somos españoles; sí, porque también somos de la estirpe cervantina, o sea, ya no tenemos nada que perder, apostemos por ganar. Ganaremos.

La Resistencia es firme. Olvídense de lo pequeño (sic): de la desmovilización de la sociedad, del fracaso de las manifestaciones del PP o de VOX, de las torpezas de la Oposición, de la inacción de la monarquía y de todos los descarríos de los inmorales y traidores a su nación… Fijémonos en lo grande: estamos perdiendo; más aún, consideremos que todo está perdido, por lo tanto, juguemos a ganar. Cervantes es nuestro maestro. Nadie dude de su sabiduría. Es nuestro guía. Juguemos nuestras cartas: la Resistencia es nuestro asiento. Hay prensa crítica, poca, pero la hay. Hay gente en las calles, poca, pero la hay. Hay, sí, un Tribunal Supremo que ha mandado varias veces al carajo la cosa del Constitucional, la última, ha sido clara y reiterativa: si viene Puigdemont, irá a prisión. También la Audiencia de Madrid le da cuartelillo, o sea la razón, a un sencillo juez de instrucción, el señor Peinado, para que siga investigando a otro de la banda sanchista. El sábado hubo una concentración exitosa ante el Supremo convocada por jueces y fiscales para detener la barbarie antijurídica del sanchismo. Millones de ciudadanos apoyan su lema: "Por la defensa del Poder Judicial como pilar del Estado de Derecho". Luego, vendrá la huelga de la Justicia anunciada por todas las asociaciones judiciales no vendidas a la tiranía sanchista.

¿Cómo no apostar a favor de la justicia?, ¿cómo vamos a cuestionar que el aparato judicial es más fuerte que Sánchez y sus esbirros?, ¿cómo no creer que la justicia española puede ser un ejemplo mundial para detener a la dictadura de Sánchez? Sí, sí, creo que la Resistencia que está ofreciendo la justicia por un lado, y el periodismo crítico por otro, pueden pasar a la historia de Europa. La cuestión es, naturalmente, relevante. De libro. Claro que pasará a la historia como pasó a los anales del pasado la Transición española. También ahora está siendo modélica la resistencia judicial y el pensamiento crítico contra el sanchismo. La lucha no se detendrá. O gana la dictadura sanchista o ganamos los demócratas. No hay vuelta atrás. Europa y el mundo entero saben bien lo qué pasa en España. Se equivocan, por lo tanto, los sanchistas y los melifluos periodistas que creen que lo del Tribunal Constitucional y la amnistía no tiene recorrido político. Falso. La tropelía del Constitucional será el detonante último para que algunos les preparen un pijama de rayas en Soto del Real.

Tenemos sensaciones, intuiciones y razones para creer que esto se puede ganar. Y, encima, nos dirige Cervantes. Demos puerta al al pesimismo reaccionario. El pesimismo es emancipador o no es. Vuelta a la alegría teresiana. Sientan y comparen, amigos, los rostros serenos de los jueces y fiscales en lucha por la Justicia con las caras demacradas de los seis del TC, y tendrán que rendirse a la evidencia. Yo he realizado esa operación: he mirado de frente los retratos de los seis del TC y dan miedo. He vuelto a mirar sus semblantes y provocan repugnancia moral. La cara es, sin duda, el espejo del alma. Sus torvas miradas son la exteriorización de sus almas torturadas. El presente y el futuro de este personal es triste. Su destino no se apiadará de ellos. Nadie se va de rositas de una faena de ese calado. Nadie se irá al otro mundo sin su zarandeo. Ninguno de estos individuos olvidarán la tropelía cometida. La conciencia no les dejará dormir con tranquilidad.

Pasará la tormenta, sí, pero entonces vendrán las mareas. Sus vidas serán ya como los mares, que aun después de cesar las tormentas y estar en calma y sosegadas sus aguas, les quedan algunas mareas peligrosas. Vivirán siempre en la zozobra. Ni el poder ni el dinero lograrán calmar la traición a su profesión, a su destino y a su patria. La brutalidad cometida, antes o después, les generará "mala conciencia", primero, por haber destrozado las bases morales y legales de la propia institución. Y, sobre todo, porque ha desaparecido del curso de sus vidas la tranquilidad. Jamás hallarán sosiego. Su ánimo jamás perseverará en lo que da sentido a la vida: alegría. Han cerrado para siempre la posibilidad del vivir alegre. La tristeza no será para ellos un sentimiento digno de respetarse, sino que se ha convertido en enfermedad casi terminal. La alegría de la resistencia ganará a la tristeza de la dictadura.

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