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El opositor celoso e impaciente

Nacionalistas vascos y neoconvergentes están, en muchos aspectos, a la derecha del PP, incluso a la derecha de Atila, según en qué cosas, pero su principal objetivo, su razón de ser y de existir, es destruir a España.

Nacionalistas vascos y neoconvergentes están, en muchos aspectos, a la derecha del PP, incluso a la derecha de Atila, según en qué cosas, pero su principal objetivo, su razón de ser y de existir, es destruir a España.
Alberto Nuñez Feijóo con Ester Muñoz, Miguel Tellado y Borja Sémper, los nombres que suenan para integrar el nuevo PP. | PP

Hoy es el día en que Cerdán, con su traje a rayas y una bola de hierro encadenada al tobillo, ocupa todas las portadas. Es también aquél en que muchos especulan sobre qué sabía Sánchez y cuándo lo supo. Es igualmente aquél en que todos los dedos señalan al PSOE como la persona jurídica de la que el Supremo sospecha que pueda estar implicada en la trama criminal de su secretario de organización. Además, en El País (¡El País!), se publica una tribuna en la que Javier Cercas pide la dimisión de Sánchez, sin ambages. A sofocar tan virulento incendio han acudido Alberto Núñez Feijóo y Miguel Tellado, no sé si celosos o impacientes o las dos cosas a la vez, obstinándose en explorar la posibilidad de una moción de censura. Especialmente han contactado con los partidos nacionalistas conservadores, PNV y Junts, creyendo, los muy ingenuos, que por ser de derechas temen que sus respectivos electorados censurarán que se respalde a un Gobierno corrupto. Da ternura verlos.

Nacionalistas vascos y neoconvergentes están, en muchos aspectos, a la derecha del PP, incluso a la derecha de Atila, según en qué cosas, pero su principal objetivo, su razón de ser y de existir, por lo que respiran, viven y a veces roban, es por destruir a España. Y nada más destructivo para nuestro país que sostener a un tipo como Sánchez en el poder. Y eso es lo que desean la mayoría de quienes les votan, no que el Gobierno haga política de derechas, sino que haga política deletérea. Y para eso, con permiso de Zapatero, no hay nadie mejor que Sánchez.

Mucho antes de que Puigdemont o Esteban se plantearan siquiera en hipótesis hacer presidente a Feijóo, los socialistas se habrían librado de Sánchez. Y no por el bien de España, sino por el bien del partido o de la izquierda o del socialismo o de cualquier otra cosa que les sea cara. A Feijóo le gusta lo de la moción de censura porque teme volver a meter la pata como candidato en unas elecciones frente a cualquier presidente que puedan poner los socialistas. Por eso, preferiría afrontarlas desde el poder, que es algo que le resulta mucho más familiar por su experiencia gallega. Ojalá fuera posible, pero no lo es. Para bien o para mal, sin contar con los comunistas, que lo quieren de otra manera, hay 25 diputados que ansían destruir a España. Pueden parecer pocos, pero si los resultados lo permiten, son suficientes para ser letales cuando un desaprensivo esté dispuesto a darles parte de lo mucho malo e ilegal que piden a cambio de que lo sostengan en el poder. Y, cuánto más insensato e inmoral sea el que suplique sus votos, más estarán los otros dispuestos a prestárselos.

Así que todo está en manos de los socialistas. Es cierto que a éstos no les importa lo que le pase a España, pero sí les preocupa perder tanto poder como para no poder en el futuro hacer lo que hacen desde 1982, eso en lo que Cerdán es maestro. Este miedo es lo que puede hacer caer a Sánchez y no un ataque de dignidad de unos nacionalistas que no han oído hablar jamás de ella. De modo que, si se están despeñando, dejad que los medios lo cuenten y no les robéis el foco precisamente el día en que más lo merecen.

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