Nuestro presidente del Gobierno ha vuelto a aparecer en el radar de la prensa internacional gracias a su señora, doña Begoña Gómez. Medios como Financial Times y The Times ilustran sus portadas con la pareja formada por Begoña Gómez y Pedro Sánchez debido a la última imputación de la esposa del presidente, a quien el juez Peinado atribuye un supuesto delito de malversación. Desde la correspondiente distancia con España, para los citados diarios no hay duda ninguna sobre lo que está ocurriendo en nuestro país.
La adaptación de los hechos para la cabal comprensión de un público internacional es demoledora. Así, Sánchez es un primer ministro rodeado de corruptos, con una mano derecha en la cárcel y otra mano derecha imputada y que se reparte prostitutas con un asesor. Con su esposa y su hermano imputados y con su fiscal general también imputado y acusado de filtrar datos del novio de una rival política. También hablan de los negocios de prostitución de su difunto suegro y de las grabaciones que empañan su promesa de abolir la prostitución en España.
Hace falta acreditar muchos méritos o deméritos, como en el caso de Sánchez, para convertirse en portada del Financial Times. Es evidente que la situación política de España es contemplada con gran inquietud en el seno de la Unión Europea. Sánchez ha dado un giro de 180 grados a la política exterior española mientras se iban acumulando los casos de corrupción en sus círculos íntimos. España ya no cuenta en el plano internacional, es un peón de China y del grupo de Puebla cuya política exterior depende de José Luis Rodríguez Zapatero, interlocutor a su vez del golpista que mantiene a Sánchez en La Moncloa.
Así las cosas, el interés de España radica en la corrupción, en la extensión de la corrupción alrededor del presidente del Gobierno, en las tropelías y peripecias de Ábalos, Santos Cerdán y Koldo, en los negocios de Begoña y en el puesto del hermano músico en la diputación de Badajoz.
Sánchez acostumbra a presumir de que la prensa extranjera destaca la pujanza económica de España. Falso. Otro bulo del presidente. La prensa extranjera está estupefacta ante la corrupción sanchista y advierte a sus lectores sobre la inestabilidad política y el deterioro institucional en España, lo que es todo un aviso a posibles inversores.
No es previsible que Sánchez se tome cinco días de reflexión ante lo publicado en el exterior porque ya está de vacaciones. Sobrevolando las áreas calcinadas.


