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Pedro Gil Ruiz

Albares, Hamás, Otegui. Podio en La Vuelta ciclista

La flotilla de los zarrapastrosos; los filoetarras atacando a ciclistas y hoy Sánchez declarando la guerra. Una secuencia organizada

Greta Thunberg y Ada Colau en una de las embarcaciones de la Global Sumud Flotilla. | Europa Press

'Serafín el bonito', va siempre engominado y perfumado. Reluciente, pero patituerto, deambula con gesto grave por sus dependencias en el Palacio de Santa Cruz. Comienza una jornada más para nuestra diplomacia de cartón piedra. "A sus pies ministro. Le he preparado los rebuznos del día", le saluda un complaciente Sergio Cuesta, jefe de Gabinete de su Excelencia. El señor Albares, titular de Exteriores del Reino de España, repasa el listado y elige. "Vamos a rebuznar contra esos judíos que corren en La Vuelta".

Dicho y hecho. Fue y se despachó en las ondas públicas. Entrevistado en RNE afirmó que la sociedad española es "enormemente solidaria y que se pone del lado del civil que está desprotegido" y por eso entiende que se manifiesten contra el equipo ciclista Israel Premier Tech. Que si de él dependiese ya los habría expulsado. Fanáticos que acosan a unos deportistas son modelo y ejemplo de solidaridad para Albares. Trastorna el juicio del lacayo ir de aquí para allá con un serón lleno de obsesiones… del jefe. Obligación que desloma y envilece, pero que su fatuidad ministerial agradece.

En 1978 ETA atentó contra La Vuelta. La decimonovena etapa se dividía en dos sectores. El primero entre Amurrio y San Sebastián. A la entrada de Durango "tiraron troncos y los ciclistas del Renault no querían seguir", recordaba Enrique Cima del KAS. En la contrarreloj, que se disputaba en San Sebastián, un grupo de personas detuvo a Jean-René Bernaudeau, del equipo del líder Bernard Hinault, y al español Andrés Gandarias. Se suspendió la etapa. En 1990, dos explosiones reivindicadas por la organización terrorista se sucedieron en el trayecto de la decimosexta etapa entre Logroño y Pamplona. Eran muestras de solidaridad con otros asesinos.

Seguro que Albares sabe que ese tinglado filoetarra que llaman Gernika-Palestina -responsable de los ataques a los ciclistas israelíes- tiene como portavoz a un condenado en dos ocasiones por pertenencia a ETA. "El vencedor de la undécima etapa fue Palestina, afirmó Ibon Meñika, el representante de Gernika-Palestina". El que fuera miembro de ETA coincide con Albares -¿o es el ministro el que coincide con él?- al afirmar que los ataques reflejan "lo que piensa la inmensa mayoría de la sociedad, que es que el pueblo vasco es un pueblo solidario con el palestino".

El socio de Sánchez, Arnaldo Otegi, subió el listón. "Euskal Herria es un referente a escala mundial en la lucha por los derechos, la solidaridad y la libertad de los pueblos". El derecho a la vida no estaba en su lista cuando ETA mataba. Para no quedarse atrás, el Gobierno socialista asturiano, por boca de su vicepresidenta Gimena Llamedo - animadora de las lloronas sanchistas en los días de reflexión- exigió al equipo ciclista israelí que se retirase "por ser lo mejor para todos, incluida la propia competición".

Y se preguntaran ustedes todo esto para qué, además de para hacer el ridículo. Si los propagandistas del Gobierno logran unos titulares que distraigan y sirvan para dividir y enfrentar, objetivo cumplido. Dentro y fuera de España. El presidente viajó a Londres el pasado 3 de septiembre para reunirse con el premier británico, Keir Starmer. En junio se había firmado un importante acuerdo sobre el estatus de Gibraltar, cinco años después del Brexit. Le entrevistan en The Guardian, cercano al laborismo… Titular: "Pedro Sánchez: la respuesta de Europa a la guerra en Gaza ha sido un fracaso". "El primer líder europeo de alto rango en acusar a Israel de genocidio en Gaza", recalca el periódico. Son obsesiones. También contra los magistrados. "Hay algunos jueces que están politizando, y esa es una realidad que enfrentamos no solo en España, sino también en muchas otras democracias, especialmente cuando se trata de fuerzas o gobiernos progresistas", afirma. Es el presidente del Gobierno acusando a jueces españoles de prevaricar. Vale todo. Ahora le acaba de declarar la guerra a Israel.

La flotilla de guiris, amigos de terroristas y zumbados de diversa consideración, continúa navegando por el Mediterráneo. Unos han llegado a Túnez y otros lo intentan. Greta no soporta a la Colau y la tiene vetada en las ruedas de prensa que dan los organizadores -entre ellos Zaher Birawi, oficial de Hamás destacado en Londres-. Irene Montero, más histérica de lo que en ella es habitual, exige al presidente Sánchez que garantice la seguridad de los embarcados. La flotilla de los zarrapastrosos; los filoetarras atacando a ciclistas y hoy Sánchez declarando la guerra. Una secuencia organizada. Los terroristas de Hamás difunden un vídeo con imágenes de dos rehenes.

Mientras la izquierda sigue con sus sandeces, la guerra contra el terrorismo islamista continua implacable. El pasado 5 de septiembre, las FDI demolían un edificio que Hamás utilizaba como centro de control en Gaza City. Es parte de los preparativos ante la inminente ofensiva terrestre. "La caída de Ciudad de Gaza es prácticamente la caída de Hamás. Tomar su control es un punto de inflexión", afirmó Amir Avivi, general de brigada israelí retirado.

Solo la soberbia y la vanidad puede hacerles creer a los colaboradores de los terroristas que unos barquitos, unos filoetarras atacando a los ciclistas israelíes o las amenazas de un presidente de Gobierno zombi van a afectar a la determinación del pueblo judío en su lucha por la supervivencia. Por su derecho a existir. Esto no es juego. Es una guerra contra el terror. Sánchez y sus socios ya tienen sus titulares con los que intentar tapar la corrupción. Es un oprobio para España. Uno más. Durará un suspiro. Ahora hay algo más importante que hacer. Traer de vuelta a una compatriota. Salvar a Ada Colau. Salvarla de ella misma. Porque está en una edad muy difícil y aunque es un ser absurdo, tiene su punto friki. Señora exalcaldesa de Barcelona, usted ya ha tenido su momento de fama marinera. Sabe que la Greta le hace luz de gas y que todo va a ir a peor. ¿Se ve como mártir de la causa palestina y que le hagan ofrendas como a Rafael Casanova? Además, usted nada fatal. Como dice Jorge Mota: "Si hay que ir, se va, pero ir pa ná es tontería". Hágale caso.

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