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Pedro Gil Ruiz

Cumbre España-Marruecos. Opacidad, bulos y ocurrencias del PP

A España le interesa la modernización de Marruecos. Su progreso social y económico. Su estabilidad. Que sea un eficaz freno de la inmigración irregular y punta de lanza contra el terrorismo islamista.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe con honores militares al primer ministro de Marruecos, Aziz Ajanouch. | Europa Press

"Parece que nadie habla ya de Gaza". "Afortunadamente", contesto. He quedado con Ricardo Artola, el propietario de Arzalia Ediciones. En octubre publicó El enigma de Israel, de Henrique Cymerman, que va por la segunda edición. En efecto, parece que tanto el Gobierno como la extrema izquierda han agotado su solidaridad con el "pueblo palestino", versión Hamás y dan por bueno, haciendo mutis, el plan de paz de Trump. El presidente americano se apuntó el tanto. Con ración doble de aspavientos y bravuconadas. Israel puso los muertos, civiles y militares. Conviene no olvidarlo.

Escribe Cymerman: "La masacre del 7 de octubre contribuyó a radicalizar a una parte de la sociedad israelí, que perdió la fe en la posibilidad de alcanzar la paz. Sin embargo, cuando se realizan encuestan más profundas, los resultados muestran que más de dos tercios de los israelíes sueñan con establecer relaciones de paz con más países árabes y musulmanes". Un libro escrito con la honestidad de quien sabe de qué habla.

"Cuando visito Madrid y miro las portadas de los diarios o veo las crónicas de televisión, tengo la impresión de que alguien decidió demonizar Israel e ignorar los hechos y el contexto". Con algunas excepciones Cymerman está en lo cierto. Ahora, cambiemos Israel por Marruecos. Pareciera que tras la aprobación de la Resolución 2797 (2025) por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el PP se haya transformado en paladín del Frente Polisario en comandita con la extrema izquierda. Al tiempo que una mayoría de medios alertan "del peligro marroquí" al informar de la celebración, el pasado 4 de diciembre, de la XIII Reunión de Alto Nivel entre España y Marruecos. Cumbres que se acordaron en el Tratado de amistad, buena vecindad y cooperación suscrito en julio de 1991.

El Gobierno de Sánchez ha vuelto a dar muestras de su opacidad informativa. Pero ¿en qué se basa un periódico para titular: "Inquietud en Canarias por la cumbre con Marruecos ante su apetito expansionista"? Y otro más para dar pábulo a la intoxicación del portavoz de una organización que tiene en su haber la muerte de al menos 281 compatriotas: "El Frente Polisario advierte: el próximo objetivo será Canarias". Y no falta el diario que pregunta si atacarán a 'las afortunadas'. Al ministro de Comercio marroquí le espeta la entrevistadora: "El Frente Polisario advirtió ayer de que si España le cede a Marruecos la gestión del espacio aéreo del Sáhara, después irá contra Canarias ¿Marruecos respeta la integridad territorial de España?". Desde que la Asociación de Periodistas Parlamentarios nominó a la filoetarra Mertxe Aizpurúa para el Premio Mejor Relación con la Prensa, es habitual ver a algunos profesionales convertidos en portavoces de lo más granado: Ayer Hamás, hoy los polisarios islamistas. La fascinación nihilista por el terrorismo.

El pasado 24 de noviembre, la Asociación Canaria de Víctimas del Terrorismo (Acavite) instaba al PP a que rectificase el "inesperado giro" dado por el partido con la reunión celebrada en Gran Canaria entre diputados populares y representantes del Frente Polisario. En un comunicado calificaban de "incoherentes y disfuncionales" las iniciativas del PP. Máxime cuando, según afirma Acavite, en octubre esos mismos diputados manifestaron su compromiso de "no blanquear los atentados cometidos" por los saharauis.

Días antes de la Reunión de Alto Nivel España-Marruecos, el Partido Popular convirtió el etiquetado de origen en un conflicto con la Comisión Europea. Le robó foco demagógico a Vox. A finales de noviembre, el Parlamento europeo rechazaba la propuesta del PP para que las frutas y hortalizas procedentes del Sáhara Occidental figuren como tal, y no con un etiquetado en el que se señalen las regiones de El Aaiún-Saguía el-Hamra y Dajla-Río de Oro. "Desde el PP presentamos un acto delegado para frenar la lesiva modificación del etiquetado en el Acuerdo de Marruecos y proteger así a nuestros agricultores". "Lesiva modificación y competencia desleal". Lo dicen tan convencidos… pero suena tan exagerado. El pasado mes de abril, el Gobierno contestaba la pregunta de cinco diputados de Vox relativa a los controles sanitarios de los productos agroalimentarios destinados al consumo humano procedentes de Marruecos. En esas fechas, en redes sociales circulaban bulos sobre su inexistencia. ¿Provocarán los brotes de peste africana campañas contra el porcino español en los países de destino? No escasean los demagogos.

En hebreo -cito de nuevo a Cymerman- hay un dicho: "No me confundas con los hechos". Y, pese a los bulos convertidos en titulares, los hechos son testarudos. España es el primer socio comercial de Marruecos, con un volumen de intercambio bilateral en 2024 de más de 22.700 M€. Nuestras exportaciones crecieron con respecto a 2023 cerca de un 6% (hasta los 12.860 M€). La balanza comercial tiene un superávit de 3.000 M€. En el vecino del sur hay cerca de 400 empresas españolas bien posicionadas en áreas como la energía, las infraestructuras, industria auxiliar del automóvil, banca y tecnológicas. Son datos del Ministerio de Economía y Comercio. "Pocos españoles saben que la principal exportación de Marruecos no son los tomates (nunca lo fueron), sino productos del sector automovilístico y electrónico integrados en redes industriales europeas con importante participación de nuestro país". La cita es del informe Relaciones España-Marruecos del Real Instituto Elcano.

Menoscabando los intereses de las empresas presentes en la Reunión de Alto Nivel, la diputada Sofia Acedo, portavoz adjunta del PP en el Congreso, afirmó campanuda: "Este Gobierno no tiene ninguna capacidad para ir a ninguna reunión de alto nivel". La política exterior del PP parece un casting de espontáneos que compiten para ver quien la dice más grande -la tontería-.

A España le interesa la modernización de Marruecos. Su progreso social y económico. Su estabilidad. Que sea un eficaz freno de la inmigración irregular y punta de lanza contra el terrorismo islamista, que lo sufren en primera persona. El PP sabe que la demagogia en estos asuntos tiene las patas cortas. Hagan política de Estado. Es la mejor manera de defender nuestros intereses. Mañana les tocará a ustedes contestar a otros agitadores del miedo y del odio.

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