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Anna Grau

¿Seguro que si eres rojo cobrarás pensión?

Lo que empieza a ser una estafa piramidal es el pretendido discurso social de cierta izquierda.

EFE

Cada vez que alguien dice en voz alta (yo misma lo he dicho y he escrito muchas veces; hace poco lo ha proclamado a pleno pulmón alguien tan en mis antípodas como Sílvia Orriols, la líder de Aliança Catalana, la Marine Le Pen de Ripoll…) que el actual sistema de pensiones es insostenible y que va a quebrar, si no ha quebrado ya, que es una pura estafa piramidal… el cielo se llena de gritos y la tierra de vestiduras rasgadas.

Se comprende porque es una realidad muy dura de admitir. Sobre todo, para los partidos que presumen de socialdemócratas y de garantes del Estado del Bienestar, pero en realidad se lo están cargando. Trucando los medidores de la economía como trucan encuestas electorales cuando les conviene. Justificando así una creciente presión fiscal que luego no redunda en mejores servicios y pensiones más garantizadas y seguras. Qué va. Se funde todo en sostener una industria política de masiva colocación y multitudinario clientelismo. Lo que empieza a ser una estafa piramidal es el pretendido discurso social de cierta izquierda. Su pretendido antitrumpismo en nombre del bien común para luego poner a la zorra a guardar a las gallinas. A comérselas vivas.

Otro fino ejemplo es lo que ha pasado con Ucrania y con la OTAN. Desde 2014 venimos diciendo algunos que a Kiev no se le podía dejar a los pies de los caballos de Vladimir Putin. La respuesta de la izquierda estupenda: "no a la guerra" o, peor, "no es nuestra guerra". Diez años después, llega Donald Trump y dice que la OTAN no puede ser si no la pagamos todos. Nuestro amado líder de izquierdas nos convence de que el gasto de Defensa es antisocial y de que no lo vamos a pagar, ea. Bueno, de momento ya formamos parte del pelotón de los eurotorpes que tendremos que endeudarnos hasta las cejas para pagar carísima la defensa de Ucrania que pudo habernos salido mucho más barata si nos la hubiésemos tomado en serio a tiempo. Irónicamente, parte de esa deuda, que se añade a la ya gordísima que tenemos por otras decisiones magistrales por un estilo, irá a que Zelenski compre armas a Estados Unidos. Es decir, que no hemos querido pagar la OTAN por las buenas y la acabaremos pagando por las malas.

Volviendo a las pensiones: esa sigue siendo la acción de oro, el espejismo maravilla de la izquierda frívola, irresponsable e incumplidora. El mensaje subliminal, o tanto, es que más cornadas da la derecha y la supuesta ultraderecha, que son las que nos van a dejar sin pensiones a poco que les permitamos gobernar. Que mejor un Abalos putero que un Milei con motosierra. Oiga, pues creo que al final tendremos puteros y motosierra.

Ninguna oferta política es perfecta. Pero las hay más deshonestas que otras. Postrero ejemplo: el dramático desalojo esta semana en Badalona de 400 irregulares que vivían hacinados en un equipamiento municipal que los gobiernos de izquierdas dejaron degradar y okupar, y que el actual alcalde, el popular Xavier García Albiol, ha vaciado con mano dura (y con sentencia judicial de Estrasburgo y con los Mossos d'Esquadra a la puerta, aunque Salvador Illa se intente poner de perfil). Albiol prometió garantizar la seguridad de los vecinos amenazados durante años por ese foco de infravivienda. Jamás prometió reubicar a los que allí malvivían. Esa era y es la promesa estrella de la izquierda. Bueno, Albiol ha cumplido su palabra -y por eso le vota el 56 por ciento del censo de Badalona- mientras la izquierda ha tenido dos años para cumplir la suya, y no ha hecho nada. Incluso ahora, le va mejor que los desalojados duerman al raso en la calle para agitar los ánimos, mientras sólo entidades como Cáritas o fundaciones privadas hacen algo tangible para prestarles ayuda. Igualito que los "defensores" de Palestina que no quieren dejar salir a nadie de ahí, no se les vaya a fastidiar el relato antiisraelí. Si estos son los que nos van a pagar la pensión, yo no sé si puede contar con ella ni siquiera quien tenga un póster del Che Guevara allá donde otros ponen el árbol de Navidad. Que Feliz Navidad, por cierto.

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