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José T. Raga

A perro flaco...

La pérdida de fe en el presidente, por parte de sus cercanos, que venía barruntándose desde hace tiempo, se ha desvelado con claridad tras los resultados de Extremadura.

Europa Press

"… todo se le vuelven pulgas", continúa el refranero; y parece confirmarse que así es. Los que eran altavoces, más que portavoces del gobierno, durante tanto tiempo, se atreven a exigir, a discutir, incluso a enmendar la opinión del presidente del gobierno. Tanto que parece que la influencia de la carpeta de CUMPLIDO, exhibida por Pedro Sánchez en sus comparecencias ante los medios, se diría que ha tenido mínimo o nulo efecto en ellos.

Hasta la Vicepresidenta Segunda y Ministra de Trabajo y Economía Social, que parecía dócil hasta la médula, se ha atrevido a exigir nuevas medidas, pese a las muchas y funestas que vienen implantadas a su instancia o a la de su Ministerio.

La pérdida de fe en el Presidente del Gobierno, por parte de sus cercanos, que venía barruntándose desde hace tiempo, se ha desvelado con claridad en las cercanías, y más aún tras los resultados, de las elecciones Autonómicas en Extremadura. El propio rostro del Presidente, cualquiera lo diría, es evidencia de cuanto decimos, además de ser una opinión generalizada en los diversos foros de nuestra sociedad.

El motivo no puede ser más evidente, y sería muy peligroso que sus más cercanos discreparan de ello, tratando de enmascarar el fracaso, atribuyendo a terceras personas o a la influencia de los bulos sobre la realidad, porque la realidad patente son las cifras del recuento de votos en la mencionada elección.

Hay que subrayar que cuando se dice que todos se equivocan, debe sospecharse, al menos sospecharse, que quien se equivoca es el que está realizando el pronóstico de la realidad, que pronto o tarde se hará efectivo y resplandeciente.

Así las cosas, se diría que ha empezado, o al menos ahora con notoriedad, las discrepancias entre los adictos, porque las de los próximos ya habían comenzado con anterioridad, como fue el caso de las exigencias de Puigdemont.

Nos referimos ahora a las exigencias de Sumar, en tanto que liderado por la mencionada Vicepresidenta, para tener un control sobre la inmigración, unas competencias que abarcan un campo muy amplio y que, con una contradicción digna de los mayores elogios, comenzaría por la creación de un órgano/Mecanismo independiente nominalmente del poder ejecutivo, aunque, en su pretensión, dependiente de los propios criterios de Sumar.

Su idea parece ser muy simple. Interferir, con un Mecanismo de inspección, sobre el Ministerio del Interior en las competencias que le corresponden sobre inmigración para que este nuevo organismo/Mecanismo independiente, que contaría con la participación de la sociedad civil, especializada en migraciones, y de los organismos internacionales que operan sobre estos movimientos de población, tales como la Organización Internacional para las Migraciones y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, junto a sus equivalentes españolas, valide o corrija sus resultados, además de que sus evaluaciones y recomendaciones tengan carácter vinculante para las administraciones públicas.

La primera reacción ante esta exigencia, parecería lógico que fuese la del viejo refrán de "zapatero a tus zapatos".

¿Pretende hacer lo mismo en inmigración que en Trabajo? Es un antecedente de dudosa reputación. ¿Seré yo el equivocado?

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