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Amando de Miguel

Atentados terroristas con coche

La lucha contra el terrorismo será estéril desde el momento en que se está dispuesto a negociar con los criminales.

Nos falta la palabra precisa para describir un nuevo tipo de atentado terrorista. Lo hemos visto en Niza, Berlín, Londres y Estocolmo. Demuestra un ingenio diabólico. El terrorista roba un camión o un todoterreno y se precipita por una calle peatonal arrollando a cuantos viandantes puede. No le importa mucho el riesgo de que los policías terminen por reducirlo. Lo suyo es inmolarse por una causa fanática al grito de "¡Alá es grande!". El suicidio con notoriedad es lo que le abre las puertas del Paraíso. Habrá que inventar un nombre para tamaña barbaridad: ¿cochicidio? ¿mototerrorismo?

Los terroristas de este estilo encuentran el arma homicida por doquier. No hace falta burlar la vigilancia de fronteras y los controles policiacos (ahora dicen "policiales"). Basta con robar un vehículo y precipitarlo por una calle concurrida. El pánico de la población está asegurado. Resulta más espectacular una masacre de este estilo que la explosión (ahora dicen "deflagración") de un coche-bomba o una mochila-bomba. A la Policía le es muy difícil prevenir este tipo de acciones. Lo de colocar bolardos en las calles peatonales parece una ingenuidad. La prohibición de que circulen camiones por los centros de las ciudades no puede mantenerse por mucho tiempo. Basta el robo de una furgoneta de reparto para sembrar el terror en un espacio urbano concurrido.

Cualquier táctica terrorista se saldrá con la suya mientras se parta del principio de que la represalia corresponde exclusivamente a la Policía. Es el Ejército quien debe hacerse cargo de la guerra antiterrorista.Pero el Ejército no quiere oír hablar de guerra; prefiere referirse a misión de paz como homenaje a George Orwell. Por cierto, la palabra paz les gusta mucho a ciertas bandas terroristas, que a sí mismas se consideran "organizaciones", "movimientos" o "fuerzas armadas". Fue un gran retroceso semántico que el Ministerio de la Guerra pasara a ser en todas partes Ministerio de Defensa. Pero, en fin, eso ya no se puede cambiar.

Aunque el Ejército de un país se dispusiera a combatir el terrorismo, pronto se vería en desventaja, pues los matachines islámicos (ahora dicen "islamistas") se mueven como una red internacional.Algo más se podría esperar de la OTAN, pero esa entidad no pasa de ser una meliflua "Organización del Tratado del Atlántico Norte". Se reduce a una marca blanca del Ejército de los Estados Unidos, pensada para una hipotética guerra fría contra los rusos, antes "soviéticos".

La lucha contra el terrorismo será estéril desde el momento en que se está dispuesto a negociar con los criminales. Hay ya muchos ejemplos de que esas cobardes negociaciones solo han conducido a que los facinerosos consigan ventajas políticas. En España hemos aprendido la lección con nuestros terroristas domésticos. Son de temer las farsas de entrega de armas(caducadas) a que en ocasiones recurren los terroristas aburguesados.

En España

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