Las ayudas públicas son siempre en una dirección. Nadie devuelve nada. Que sube el precio de los combustibles, el Estado debe ayudar a los transportistas, a los pescadores. Cuando baja el precio del gasóleo, ni siquiera desciende el precio del transporte o del pescado. En los desastres naturales hay que ayudar a las zonas catastróficas. Cuando las cosechas son buenas, los agricultores no devuelven las anteriores ayudas. Si se venden pocos coches, el Fisco debe compensar a los pobres fabricantes. Cuando se venden muchos, la operación complementaria no existe. Así todo. No otra cosa es el famoso Estado de bienestar.
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