He escrito un libro sobre los errores que hemos cometido los científicos, escritores y analistas de toda especie al pronosticar el futuro (Las profecías no se cumplieron). No ha servido de nada. Se siguen repitiendo los mismos arbitrarios presagios. En el fondo no interesa que se cumplan o no; basta con enunciarlos para conseguir su propósito de preocupar a las conciencias.
Leo un artículo de Rafael Pampillón en El Mundo (7-IV-02). Anuncia a toda plana: “España será en el año 2050 el país más envejecido del mundo”. Lo dudo. Bien es verdad que no estaré en esa fecha para comprobarlo, pero en alguna parte estará guardada la información de la profecía que digo para que se pueda comprobar. Precisa el profeta que en 2050 España tendrá 9,5 millones de habitantes menos que ahora. Sigo dudándolo.
¿En qué se basa el razonamiento de la profecía citada? En que la fecundidad de España está ahora en el tramo más bajo de la Historia, junto a Italia y algún otro país. Bien, pero la fecundidad lleva subiendo en España desde hace un lustro, bien es verdad que poco. Pero al menos ha cambiado de signo la tendencia secular. Lo fundamental es que España es hoy uno de los países del mundo que recibe más inmigrantes extranjeros en proporción a su censo de habitantes. La mayor parte de los inmigrantes son jóvenes, en plena edad reproductiva. La consecuencia inmediata es que, durante los próximos decenios, la población española va a contener el ritmo de envejecimiento que hemos tenido hasta la fecha. Así, pues, no es probable que se cumpla el presagio citado. El cual se repite una y otra vez en diferentes medios de comunicación. Pero no por mucho repetirse deja de ser una profecía errónea, o al menos a mí así me lo parece.
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