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Amando de Miguel

El regalo defectuoso

Aviso de una nueva forma de picaresca, de vulgar timo. Podía ser de los que inmortalizó Tony Leblanc. Esta vez no es cómico. Son los regalos de empresa. Se compran al por mayor, sin verlos, con un buen precio. Pero pueden ser defectuosos. Como son regalos, los que los reciben no van a protestar. Tampoco van a comprobar si todos los demás tienen la misma tara. Aceptan el error que parece aleatorio. A caballo regalado… Lo mejor, el regalo personalizado. Estimule la imaginación quien haya de enviar el obsequio. Que sea insustituible, que, a su vez, no se pueda regalar.

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