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Amando de Miguel

Las entrevistas telefónicas (sab. 7 sept)

La entrevista no es más que una conversación, más o menos estructurada, con el propósito de recoger o difundir información. Dados los medios electrónicos actuales, no hace falta que las personas que conversan literalmente se vean. Por eso puede haber perfectamente entrevistas telefónicas o a través de la radio. No hay que llegar al extremo de algunos puristas del idioma, para quienes las “entrevistas” tendrían que denominarse “conversaciones”. Miguel de Unamuno sostenía que las entrevistas periodísticas deberían llamarse “entreparlas”, ya que la conversación primaba sobre la visión. No ha sido necesario el cambio. El teléfono (sin pantalla) nos ha acostumbrado a la posibilidad de entrevistarnos sin vernos. Los ciegos son perfectamente entrevistables. Por otra parte, la conversación es un género más amplio, que excede el formato de la entrevista. Lo que debe evitarse es la equivalencia entre entrevista y encuesta. Una encuesta se basa en la información recogida a través de un número de entrevistas previamente diseñadas. Se pueden hacer perfectamente por teléfono. La encuesta es el todo; las entrevistas, la parte.

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