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Amando de Miguel

Malditos verbos

Es sabido que los estudiantes extranjeros del español se desesperan con los verbos. Son tantas las irregularidades y sutilezas que se pierden en la fraga de las formas verbales. Todo es cuestión de oído. Aun así, los españoles de nación no nos ponemos de acuerdo a la hora de conjugar algunos verbos. Una cosa es clara: el modo subjuntivo desaparece. Es una lástima.
 
Javier Álvarez Dávila anda interesado en averiguar por qué en Hispanoamérica se recurre a la fórmula “esta mañana vino el jefe” en lugar de “esta mañana ha venido el jefe”. Comenta: “¿Será por la numerosa emigración gallega?”. Podría ser, pero en ese caso hay que plantearse por qué los gallegos y los asturianos se inclinan por el pretérito perfecto (“vino”) en lugar del pretérito compuesto (“ha venido”). Los gramáticos nos dicen que la fórmula “vino” quiere indicar que la acción empezó y terminó. En cambio, la fórmula “ha venido” traduce la noción de que la acción iniciada continúa, al menos a través de algún efecto. Como puede verse, se trata de una sutileza. Hace unos años tuve una duda de cómo titular un libro, si “Las profecías no se han cumplido” o “Las profecías no se cumplieron”. Me incliné por la segunda fórmula, ya que el libro se publicó en Asturias (premio de ensayo Jovellanos). Vi cierta gracia en la idea de que el pretérito perfecto me permitía asegurar que muchas anticipaciones que se habían hecho para el año 2000, llegado ese año, no se habían cumplido. Luego, años después, se podía decir “no se cumplieron”. Es toda una idea del tiempo cronológico la que va con el predominio del pretérito perfecto. Un castellano que llega al aeropuerto de Santiago de Compostela o de Oviedo observa que “ha llovido”, puesto que el suelo está mojado, el aire húmedo y el cielo encapotado. Es decir, puede seguir lloviendo. Pero un gallego o un asturiano dirán que “llovió”, aunque haya parado de llover hace pocos minutos. Es un tiempo compartimentado el de los gallegos y asturianos, frente a un tiempo continuo para el resto de los españoles. Es una cuestión de grado. En mi Zamora de nación se recurre mucho a la fórmula del pretérito perfecto, quizá por la cercanía de Galicia y Asturias. Espero que algún filólogo me aclare esta curiosidad sobre los usos del tiempo pasado. ¿Tendrá algo que ver el tiempo cronológico con el tiempo meteorológico?
 
Juan Castelao (Vancouver, Canadá; ahora en Oviedo) se siente sobrecogido al oír un anuncio por la radio en el que se anima a “aprovecharse de una oferta”. No entiendo lo del sobrecogimiento. El verbo aprovecharse de, según Seco, es “sacar provecho de alguien o algo, frecuentemente de manera maliciosa o astuta”. Es evidente que el reclamo publicitario es hacer ver que el cliente puede sacar provecho si adquiere lo anunciado. Es un juego que consiste en hacer creer que el cliente es el listo. Aprovecharse de puede equivaler también a “abusar [sexualmente] de una mujer”. Ahora habría que añadir “o de un hombre”.
 
Cándido Alvarado (San Pedro Sula, Honduras) me pide que precise la diferencia entre mirar y ver, entre escuchar y oír. Don Cándido opina que “la RAE prácticamente los ubica como sinónimos”, se entiende, en cada pareja. No lo creo. Veamos:
 
mirar = dirigir la vista a un objeto.
ver = percibir por los ojos las imágenes de los objetos.
escuchar = aplicar el oído a los sonidos.
oír = percibir los sonidos con el oído.
 
Es claro quemiraroescucharson acciones que significan prestar atención, abrir las válvulas de los correspondientes sentidos. En cambio,veruoírson modos de percepción, de imágenes o sonidos respectivamente, como resultado de la acción de los sentidos. Uno puede mirar y no ver mucho, escuchar y no oír nada. Ya se sabe, no hay peor ciego que el que no quiere ver. El que no quiere oír hace oídos sordos. Mirar y escuchar son manifestaciones de la atención de la voluntad. Ver y oír son la consecuencia de que los respectivos sentidos funcionan de acuerdo con el diseño previsto. Aun así, la tendencia en el habla actual es a la sustitución dever(o inclusovisionar) por mirar y deoírporescuchar.

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