Parece que el Ejecutivo ha decidido rectificar y no va a catalogar a los ciber como salas de juego. Si así ocurre, estos locales podrán seguir funcionando tranquilamente permitiendo que los jóvenes sin ordenador en casa puedan disponer de equipos informáticos de forma barata y accesible. Sobre esta cuestión hay que decir: En primer lugar, seguirán sujetos a la ley del juego aquellas máquinas desde las que se puedan ejecutar juegos de apuestas o con premios en metálico, que en la práctica son todos los ordenadores con acceso a Internet. Esperemos que prime la prudencia por parte del Gobierno, puesto que cualquiera que visite un cibercafé puede darse cuenta que sus clientes no entran en sitios de casinos virtuales.
En segundo lugar, por muy buena intención que tengan tanto Interior como Ciencia y Tecnología, las competencias para regular el juego están en manos de las Comunidades Autónomas. Por lo tanto, el sector de los ciber no debe bajar la guardia hasta que los diferentes Ejecutivos regionales definan cuál es su postura tras la rectificación del Gobierno. Teniendo en cuenta que las Administraciones autonómicas han sido mucho más duras con los cibercafés que la del Estado, es de suponer que tarden más tiempo en cambiar su actitud.
Queda una última cuestión por contestar: ¿quién resarcirá a aquellos empresarios (en muchos casos jóvenes que se han lanzado a la aventura gracias al dinero prestado por sus padres) que han tenido que cerrar sus cibercafés o que, incluso, han visto como se los clausuraba la policía por ser "salas de juego ilegales"? Siempre es bueno que los gobernantes corrijan, pero es mejor que no tengan que hacerlo por no haber evaluado correctamente el daño que podían causar.
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