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Carmelo Jordá

Malo es mentir, peor es no enterarte

Por qué Casado siente la necesidad de atacar la política de Ayuso en lugar de apropiársela es un asunto más para los psicólogos que para los politólogos.

Por qué Casado siente la necesidad de atacar la política de Ayuso en lugar de apropiársela es un asunto más para los psicólogos que para los politólogos.
El líder del Partido Popular, Pablo Casado. | EFE

Sinceramente, yo no estoy seguro de si el PP debía celebrar sus encuentros navideños este año o si era mejor y más prudente suspenderlos discretamente y no correr el riesgo de que un brote te hiciese quedar mal ante los medios de izquierdas –que creo que debía de ser la mayor preocupación en Génova– y encima pudiese costar alguna vida.

Afortunadamente yo no tengo que tomar ese tipo de decisiones y, aunque creo que la situación sanitaria tras la vacunación masiva es radicalmente diferente y los riesgos a los que nos enfrentamos muchísimo menores, insisto en que no habría tenido claro qué hacer.

Quizá habría acertado, quizá me habría equivocado, lo que tengo claro es que mi decisión no se justificaría por un dato falso, tal y como ha hecho Pablo Casado este martes. En un posicionamiento que, además, solo puede interpretarse como un ataque a Isabel Díaz Ayuso y su política frente al covid, la única de una comunidad autónoma gobernada por el PP que ha sabido salirse de los caminos más trillados, que ha sido reconocida a nivel internacional y, sobre todo, que ha sido refrendada masivamente en las urnas en unas elecciones en las que la gestión de la epidemia fueron el asunto central y casi el único.

Por qué Casado siente la necesidad de atacar esa política en lugar de apropiársela y hacer de ella una de sus banderas es un asunto que, más que el análisis de los politólogos, creo que ya requiere la intervención de los psicólogos y, si me apuran, de los parapsicólogos. Sea como sea, puestos a hacerlo, lo que es de aurora boreal es hacerlo con un dato falso, con una cifra cierta pero usada de una forma tan burda que se convierte en un fake como una catedral.

Les explico: para justificar el portazo a las cenas navideñas Casado ha dicho: "Ayer [por el lunes] murieron 100 personas por Covid". Efectivamente, 103 era el número que aparecía en el informe de Sanidad de este lunes, sí; pero es que este recoge los fallecidos que se han notificado el viernes, el sábado y el domingo. Tres días, no uno.

La realidad es que en estos momentos, y siempre según los datos de Sanidad, están muriendo de covid unas 40 personas al día, no 103. Aquí se nos abren dos posibilidades: o Pablo Casado ha mentido descaradamente y a sabiendas de que el dato no quiere decir lo que él ha dicho, o él y todo su equipo no saben interpretar el informe que el Ministerio de Sanidad publica desde principios de 2020 y que ya lleva 522 entregas, lo que me parece tiempo más que de sobra para haber aprendido al menos lo más básico.

La primera posibilidad es bastante terrorífica: un político mintiendo, y además para atacar no a un rival sino a un compañero de partido; pero la segunda es bastante peor: un político y un equipo que quieren gobernar España pero no manejan correctamente los datos sobre la pandemia casi dos años después de que empezase. Si es esto lo que ha ocurrido, es muy difícil no preguntarse cómo quieren gestionar la Sanidad si ni siquiera entienden un informe sanitario completamente básico.

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