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EDITORIAL

Borrell tiene que irse; y con él el resto del Gobierno del Dr. Sánchez

Que Podemos lo considere su "bestia negra" no hace bueno a Borrell, ni en su condición de ministro de Exteriores ni en el caso Abengoa.

Es cierto que, además del propio Dr. Sánchez, hay en el Gobierno ministros tanto o más incompetentes que Josep Borrell, y que también en el ámbito de la regeneración democrática y la lucha contra la corrupción son más merecedores de la destitución que el aún titular de Exteriores. Con todo, el hecho de que haya sido condenado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a pagar una multa de 30.000 euros por hacer uso de "información privilegiada" al poner a la venta las acciones de Abengoa de su exmujer junto antes del desplome bursátil y el preconcurso de acreedores de que fue objeto esta multinacional en noviembre del 2015 sería razón más que suficiente para que Borrell abandonara inmediatamente el Gobierno.

Borrell era vicepresidente del Consejo Asesor Internacional y de la fundación de Abengoa, y aun cuando sea cierto que no puso a la venta las acciones que él mismo poseía, sí que lo hizo con las de exesposa, Caroline Mayeur, de cuya cartera era gestor. Si Borrel consideraba que estaba siendo víctima de un injusto expediente sancionador que se remonta a varios años, debería haberlo recurrido y no permitir que siguiera su curso con la peregrina excusa de que le perece mal que un ministro presente un recurso contra el Gobierno, y que por lo tanto asumirá la multa.

Aun cuando la CNMV sea un organismo dependiente del Ministerio de Economía, ¿quiere hacer creer Borrell –y con él el resto del Gobierno– que está mal que un ministro recurra un expediente que considera injusto de un organismo dependiente del Gobierno, pero que sin embargo es correcto que ese ministro siga en ese Gobierno una vez ha sido multado por ese mismo organismo gubernamental?

Capitulo y petición de destitución aparte merecería la gestión de Borrell, y la de Pedro Sánchez, en la humillacion sufrida por España por su pésima gestión del asunto de Gibraltar, en el que la UE ha respaldado a Gran Bretaña a pesar de su portazo a la propia Unión.

Por otra parte, ¿qué hace Borrell, que en su día protagonizó manifestaciones y discursos contra el proceso secesionista, en un Gobierno que ha buscado y encontrado el apoyo de esas mismas formaciones golpistas para mantenerse en el poder? ¿Qué hace Borrell en un Gobierno que pone en duda su palabra cuando dice que un representante de ERC le escupió en el Congreso, y que no rompe relaciones con ERC, sino que culpa al PP de la tensión?

El hecho de que Podemos y las formaciones separatistas lo consideren su bestia negra en el Gobierno del felón Sánchez no hace bueno a Borrell, ni en su condición de ministro de Exteriores ni en el asunto de Abengoa. Sólo ilustra el bajísimo nivel de un Gobierno que, haciendo gala de regeneración democrática en el momento de desbancar a Rajoy, está salpicado por escándalos aún más graves que el de Borrell y sigue negándose a convocar elecciones y sustentándose en unas formaciones abiertamente golpistas.

Finalmente, el hecho de que Podemos pida la dimisión de Borrell –como en su día hizo con la ministra de Justicia– no borra el acierto del PP de pedir la destitución de ambos ministros y de hecho la dimisión en bloque de un Gobierno que, en realidad, debería hacerlo motu proprio y convocar elecciones, tal y como se comprometió a hacer el falsario Dr. Sánchez al desbancar a Rajoy.

Y es que no hay mayor corrupción que la propia permanencia de este Gobierno sustentado en los peores resultados electorales de la historia del PSOE gracias al apoyo de quienes aspiran a ver la quiebra de España como nación y como Estado de Derecho.

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