Más de un mes después de que lo hicieran los demás partidos, el PP ha anunciado por fin su cabeza de lista para las elecciones europeas del próximo 25 de mayo. La verdad es que el dedazo divino de Rajoy no ha sorprendido a nadie al posarse en la cabeza de Miguel Arias Cañete: el actual ministro de Agricultura sonaba desde hace mucho, y tampoco sorprenderá que acabe siendo comisario europeo, a modo de retiro tras una larga y acreditada trayectoria.
Si hace ya más de un mes criticamos la lentitud de Rajoy a la hora de deshojar la margarita europea, no podemos ahora dejar de reprocharle que no haya aprovechado para anunciar quién va a sustituir Arias Cañete en Agricultura, y si va a haber una remodelación más amplia del Gobierno. Está visto que a Rajoy le gusta el suspense tanto como le desagrada tener que mojarse. Su manejo de los tiempos, que algunos califican de "magistral" y Libertad Digital de absolutamente irresponsable, no va a borrar, en cualquier caso, el malestar causado por la renuncia de Mayor Oreja y por la decisión de Vidal-Quadras de marcharse al recién nacido Vox.
La misma designación de Arias Cañete parece obedecer más a razones de equilibrios de poder en el seno del partido que a tratar de infundir ilusión y esperanza entre los muchos votantes desengañados del PP. Su desempeño en Agricultura ha tenido más relación de continuidad con sus antecesores socialistas que respecto con su propia etapa en tiempos de Aznar. Sin duda, el recién nombrado candidato tiene buena preparación y una larga experiencia en asuntos comunitarios, no en vano fue eurodiputado entre 1987 y 1999. No tendrá problema alguno, en este sentido, en debatir y rebatir a la candidata socialista, Elena Valenciano, cosa que ya habría podido hacer en más de una ocasión si no hubiese sido por la absurda e irresponsable tardanza de Rajoy. Pero mucho más difícil lo va a tener Arias Cañete para recuperar para el PP la esperanza que en muchos votantes tradicionales de ese partido han suscitado las listas de formaciones como Vox, Ciudadanos y UPyD.
La falta de principios del PP de Rajoy, más aún que la falta de tiempo, es lo que va a hacer que Arias Cañete lo tenga muy difícil para desmentir unas encuestas que pronostican una gran pérdida de votos a los populares, incluso la derrota ante un PSOE que no está precisamente pletórico.