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EDITORIAL

Sánchez también entrega Gibraltar

Las sonrisas en las cancillerías europeas se tornan en jolgorio en el Reino Unido, que, gracias al doctor Sánchez, seguirá controlando sin trabas la última colonia de Europa Occidental.

El acuerdo de salida del Reino Unido de la Unión Europea tendrá efectos decisivos en lo que respecta al estatus de Gibraltar. Así pareció entenderlo el Gobierno cuando hasta hace unos días amenazaba incluso con vetar dicho acuerdo si no se garantizaba el papel decisorio de España en todo lo referido a la situación jurídico-política del Peñón. Sin embargo, en un giro de última hora Pedro Sánchez dio su brazo a torcer desde Cuba, donde se encontraba honrando a la dictadura castrista.

El Gobierno ha dado en aceptar la redacción inicial del famoso artículo 184 del Tratado del Brexit, fundamental para determinar la soberanía del Peñón. Ese artículo atribuye exclusivamente al Reino Unido y a la UE la competencia para negociar los términos de su relación futura, sin precisar que en todo lo que se refiera a Gibraltar tenga que contar con la aprobación inexcusable de España, que fue la posición que siempre defendió el Gobierno anterior. Pues bien, lo que Pedro Sánchez anda vendiendo con su grandilocuencia habitual como solución a un conflicto internacional que dura 300 años es en realidad la aceptación de la tesis defendida por la premier británica, Theresa May, que deja intacta la redacción de dicho artículo a cambio de la firma de unos documentos meramente declarativos y sin valor jurídico alguno.

Ese es el éxito rutilante que Pedro Sánchez se atribuye con la superficialidad que lo caracteriza. A partir de ahora, debido a esta brillante gestión, España no podrá reclamar la soberanía del Peñón de Gibraltar con la fuerza que le otorgaría el articulado de un tratado internacional, como ocurría antes, sino que tendrá que fiar sus expectativas a las interpretaciones coyunturales de unas declaraciones anexas sin fuerza legal alguna.

En la Unión Europea se frotan las manos con este presidente bizcochable que les ha tocado en suerte. Las sonrisas en las cancillerías europeas se tornan en jolgorio en el Reino Unido, que, gracias al doctor Sánchez, seguirá controlando sin trabas la última colonia de Europa Occidental.

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