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Y ahora, ¿qué se puede hacer?

Lo más importante es perder el miedo a Putin y al conflicto. La OTAN debería comenzar un despliegue militar sin precedentes en los países amenazados.

Lo más importante es perder el miedo a Putin y al conflicto. La OTAN debería comenzar un despliegue militar sin precedentes en los países amenazados.
Edificio de Kiev dañado por la invasión de Rusia a Ucrania. | Europa Press

Existe un sentimiento generalizado de que todo lo que podemos hacer para salvar a Ucrania y a su gente llega tarde o es insuficiente. Para cuando los cargamentos de armas estén alistados, no habrá nadie para recogerlos, y cualquiera de las medidas que adoptemos implicarán un grave perjuicio para nuestras economías. Por ejemplo, sacar a Rusia del SWIFT sería la medida perfecta para que la adoptara Rusia. Suspender el flujo de mensajería de pagos llevaría a la imposibilidad de pagar las importaciones, de exportar, de que la banca europea especialmente italiana pueda cobrar los muchos créditos que tiene en Rusia lo que implicaría un colapso financiero. La congelación de fondos de oligarcas tiene poco sentido cuando éstos, avisados por Putin hace años, se llevaron sus activos a la banca china.

Pero, por un lado, todavía hay muchos resquicios por lo que podemos golpear a Putin, y por otro tenemos que prepararnos porque este año no habrá cosecha de trigo y con las sanciones faltarán muchos elementos básicos para la industria occidental y nuestra vida diaria.

Lo más importante es perder el miedo a Putin y al conflicto. La OTAN debería comenzar un despliegue militar sin precedentes en los países amenazados. Necesitamos un nuevo Normandía para salvar Europa y a la democracia. Los europeos no podemos mirar hacia otro lado; nuestros gobiernos deberían aprobar sustanciales incrementos de sus presupuestos de defensa para hacer frente a la amenaza que se nos viene. En 2016 dije que Rusia invadiría Ucrania y que debíamos prepararnos para ello. En 2022, si nadie lo remedia, anuncio que veremos a Rusia invadir Finlandia y los Bálticos y crear una nueva franja de seguridad en Polonia, espero que esta vez sin la aquiescencia alemana.

A petición del gobierno legítimo de Ucrania, y antes que se culmine la ocupación total, que si no hay capitulación llevará semanas o meses, la OTAN debe crear una franja humanitaria en la frontera con sus vecinos occidentales dentro de territorio ucraniano y desplegar tropas; es fundamental que el pueblo ucraniano no abandone el país porque entonces nunca volverá, Además mientras exista una Ucrania libre habrá esperanza. Claro que para esto tenemos unos días.

No se entiende que Biden no haya pasado, tras las claras amenazas de Putin, el Mando de la Fuerza Aérea y Espacio y el Mando Estratégico a DEFCON 2, como ocurrió durante la crisis de los misiles de Cuba y a DEFCON 3 las fuerzas estacionadas en Europa. Esto permitirá usar protocolos especiales y tener a las fuerzas alistadas para actuar con rapidez, además de lanzar un claro mensaje. De igual manera deberían proceder los países europeos. El refresco que llegará a Ucrania desde Chechenia y el Este, producirá un genocidio sin precedentes desde la Camboya del comunista Pol Pot en las próximas semanas si no hacemos algo. Cuando llegue la SS rusa a culminar el control del país, asistiremos a los que nuestros vecinos del norte conocieron durante la ocupación alemana.

El colapso que producirán las sanciones y la escalada que se producirá será enorme; inflación disparada, cortes de suministro, escasez de materias primas y de alimentos de primera necesidad, colapso financiero. Es urgente que la UE paralice el fondo de rescate y resiliencia y lo destine a prepararnos para la que se nos viene encima. Para poder pensar en la next gen debemos estar seguros de que sobrevivirá la current-gen.

No se comprende que a estas alturas no se haya expulsado a todos los embajadores rusos en la OTAN, el embargo del suministro de combustible a buques rusos en puertos y aeropuertos, la retirada del visado a ciudadanos rusos. Hay que darle fuerte a esa clase burguesa que apoya a Putin desde las playas de Occidente.

Si así lo solicita, la cumbre de Madrid debería aprobar la entrada en la OTAN de Georgia si no se retiran las tropas rusas. Esta será la siguiente pieza, y nos pillará tan remoto que ni nos preocuparemos. Si no paramos a la pequeña rusa en Europa ¿quién detendrá al gigante chino en Asia?

Finalmente una nota al margen. Estados Unidos y Francia han venido eliminando físicamente a los líderes de los grupos terroristas en África y Asia gracias al uso de los drones. Ni entre todos ellos juntos habían producido tanta destrucción como el presidente ruso, ¿debemos cambiar esta estrategia?

En clave interna asistiremos en junio al fenómeno más esperpéntico de la vida política española reciente. El gobierno albergará la cumbre de la OTAN más importante desde la posguerra. No se preocupen por esto, el país organizador no tiene ninguna influencia en las decisiones. Por la mañana el gobierno y algunos ministros se manifestarán contra la OTAN y por la tarde el mismo gobierno y otros ministros tomarán decisiones fundamentales como el rearme de nuestro país. Por la mañana con Putin y por la tarde con Zelenski, ¿cabe mayor malabarismo? Yolanda por la mañana con las pancartas de No a la Guerra y por la tarde buscando una foto con Biden. Y el único partido atlantista y comprometido con Occidente seguirá estando a por uvas, buscando papeles y resucitando a los defenestrados de la crisis anterior. Mejor que sancionar a Rusia deberíamos sancionarnos a nosotros mismos.

Esta Rusia que paralizó el avance sobre Polonia para que la Gestapo pudiera acabar físicamente con el gueto judío, que ha causado más muerte y destrucción que todos los imperios que la antecedieron al mundo, no puede irse de rositas. Nuestra libertad depende de la resiliencia del pueblo ucraniano con las armas en la mano. No olvidemos dos cosas, el ejército ruso no tiene ninguna experiencia en este tipo de operaciones y Putin ha convencido a la opinión publica rusa de que iban a salvar a los ucranianos de los neonazis y drogadictos que la gobiernan. Nadie entenderá en Moscú que entonces Ucrania resista.

Los últimos movimientos de Putin pidiendo al ejército ucraniano una involución y suspendiendo la principal red social en Rusia y limitando Facebook son claras señales de que algo se está torciendo. Occidente y Ucrania durante siete años se han preparado, no para detener una invasión, sino para masacrar al enemigo cuando esté en su territorio, donde será tremendamente vulnerable. Un país más grande que Francia, invadido por un extranjero opresor no se controla con doscientos mil soldados; los cientos de Javelin, Stinger y el armamento distribuido pueden amargarle la vida a Rusia en las próximas semanas. Occidente debe asistir a esta resistencia y dotarla de armamento; sólo necesitamos encontrar a un nuevo Charlie Wilson.

Enrique Navarro es consultor independiente. Durante los gobiernos de José María Aznar fue asesor de Defensa e interventor del Ministerio de Defensa. Blog: Enriquenavarrogil.blogspot.com.es

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