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ORIENTE MEDIO

Wikileaks y el proceso de paz

Antes de la operación Plomo Fundido, el Gobierno israelí preguntó a la Autoridad Palestina si podría tomar el control de la Franja de Gaza. Hamás aceptará una paz negociada basada en las fronteras de 1967, aunque no públicamente. Y el Gobierno estadounidense está siguiendo la pista a las fuentes extranjeras de financiación del terrorismo, sobre todo en Turquía y Venezuela. Éstas son algunas de las perlas que contienen las últimas revelaciones de Wikileaks.


	Antes de la operación Plomo Fundido, el Gobierno israelí preguntó a la Autoridad Palestina si podría tomar el control de la Franja de Gaza. Hamás aceptará una paz negociada basada en las fronteras de 1967, aunque no públicamente. Y el Gobierno estadounidense está siguiendo la pista a las fuentes extranjeras de financiación del terrorismo, sobre todo en Turquía y Venezuela. Éstas son algunas de las perlas que contienen las últimas revelaciones de Wikileaks.

Los reportes del Departamento de Estado desvelados por Wikileaks arrojan nueva luz sobre las delicadas negociaciones que el Gobierno estadounidense viene manteniendo con vistas a lograr un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos. Los documentos, que abarcan un periodo de tiempo de cuatro años y proceden de las dos últimas Administraciones norteamericanas, dan cuenta de la creciente cooperación estadounidense e israelí con los Estados árabes, de los esfuerzos por aislar a Hamás y de la complejidad que entraña recabar información de inteligencia sobre este grupo terrorista en la Franja de Gaza.

La documentación –buena parte de la cual está relacionada con encuentros mantenidos por diplomáticos y congresistas norteamericanos con funcionarios de otros países– indica que en estos momentos el interés por alcanzar una solución basada en dos estados (Palestina e Israel) es más fuerte que nunca.

En un despacho enviado nada más terminar la Conferencia de Annapolis (2007), el jefe del Servicio de Seguridad de Egipto, Omar Solimán, informaba al embajador de EEUU en El Cairo –así como a una delegación del Congreso norteamericano– del amplio apoyo que recibiría una paz negociada que tuviera por resultado la creación de un Estado palestino a uno o tres años vista. Convencido de que una resolución pacífica del conflicto israelo-palestino supondría "un gran golpe" a las organizaciones terroristas que se valen del mismo para justificar sus desmanes, Solimán enumeraba las condiciones que harían posible la paz: una dirigencia en la Autoridad Palestina moderada y dispuesta a negociar, una Hamás aislada y políticamente condenada al ostracismo, un Gobierno israelí preparado para la paz y unos Estados árabes dispuestos a poner punto final a "la lucha".

Aunque Hamás boicoteó la conferencia y hubo disturbios en Gaza y la Margen Occidental, Solimán aplaudía los esfuerzos de la Administración Bush en Annápolis. "La idea central es que Hamás se vea obligada a elegir entre seguir siendo un movimiento de resistencia o unirse al proceso político", dijo el egipcio a unos funcionarios estadounidenses. "No pueden estar en ambas cosas a la vez".

Dijo más Solimán:

El tiempo apremia. Necesitamos la paz. Necesitamos despertarnos por las mañanas sin tener que escuchar noticias sobre terrorismo, sin atentados, sin más muertos. Queremos que todo el mundo esté feliz. Éste es el sueño egipcio.

Finalmente, en Annápolis no se consiguió llegar a un acuerdo de paz, pero Estados Unidos sigue en el empeño.

En febrero de este 2010 el emir qatarí Hamad bin Jalifa al Thani y el senador estadounidense John Kerry, presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta, celebraron un encuentro sustancioso. A juicio del emir, la mejor forma de sacar adelante la paz entre israelíes y palestinos es que los americanos presionen a los primeros para que hagan la paz con Siria, lo cual, a su vez, serviría –según el qatarí– para "presionar a los fundamentalistas árabes".

"Cuando se tiene en cuenta que muchos en la región creen que Hizbulá expulsó del Líbano a Israel y que Hamás sacó a patadas (al menos en un primer momento) al Estado judío de esa pequeña parcela de tierra llamada Gaza, lo sorprendente es que los israelíes aún quieran la paz", dijo el emir, luego de afirmar que, tras la guerra del Líbano de 2006 y la operación Plomo Fundido, lo que ha cambiado en el mundo árabe es que ahora, "desde luego", éste apuesta por una solución basada en la existencia de dos Estados. Según el emir, los israelíes, "que llevan bajo amenaza mucho tiempo", están listos para la paz; y "Hamás aceptará las fronteras de 1967, pero no lo dirá públicamente para no perder apoyo popular".

La asignatura pendiente del proceso tendría que ver con la autoridad y resolución del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás. Tanto Kerry como Al Thani coincidían en que el rais no era "lo bastante sólido para alcanzar los compromisos necesarios con Israel", si bien daban como explicación que el pueblo palestino quería que se mantuviera firme en lo relacionado con la moratoria de los asentamientos israelíes y el informe Goldstone, tan crítico con las acciones de Israel durante la Operación Plomo Fundido, que ha sido objeto de la crítica generalizada por su imprecisión e imparcialidad.

 

© The Washington Post Writers Group

STEVEN EMERSON, ex miembro del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes.

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