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Tanto Izquierda Unida como Convergencia i Unió están dando síntomas de zozobra y debilidad para justificar su apoyo al PNV frente al Pacto antiterrorista de PP y PSOE. La situación de los nacionalistas catalanes es, paradójicamente, mejor que la de Izquierda Unida por una razón que tiene poco que ver con el terrorismo: los movimientos por la sucesión de Pujol, que libran Artur Mas y Duran i Lleida en clave nacionalista, impiden distanciarse claramente del PNV ante una opinión que es básicamente la del partido y no la de los votantes. Además, tanto el desplazamiento del PSC hacia el nacionalismo como el del PP hacia el catalanismo hacen que Convergencia sólo pueda afirmarse radicalizándose. Es una de las pruebas de que ceder ideológicamente ante el nacionalismo siempre acaba beneficiando al terrorismo. Pero Pujol tiene un problema y es que depende del PP para gobernar. O pacta o empezará a tener dificultades. Es cuestión de insistir y no ceder.

El caso de Izquierda Unida es más claro por otra razón bien distinta: el respaldo formal y por escrito que este miércoles van a brindar los sindicatos mayoritarios al pacto por las libertades y contra el terrorismo. No hay forma de explicar a ningún afiliado de izquierdas mentalmente bien constituido que lo que apoyan UGT y Comisiones Obreras no lo apoya Izquierda Unida. Peor aún: que IU apoye al PNV y ETA contra los sindicatos, que siempre han sido uno de los signos de identificación política de IU para pedir el voto. Cuando lo tenía, claro.

Como sucede en el caso de Convergencia, también aquí el PP y, sobre todo, el PSOE lo tienen relativamente fácil: insistir en que IU debe no sólo decir que ha salido de Estella, que no es verdad, sino demostrarlo uniéndose a los que luchan contra ese pacto, que es el pacto del terror, del separatismo y de la ignominia. No puede permitirse IU que Madrazo sea más importante para su identificación ideológica y política que Comisiones Obreras. Y es sólo cuestión de fuerza y de tiempo que, finalmente, la razón, siquiera la razón electoral, se abra paso. Pero hay que insistir y no ceder. Y firmarán, ya lo creo que firmarán. O lo pagarán demasiado caro.

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