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Federico Jiménez Losantos

Tú en la Inopia, yo en las Batuecas

Una vez más, el Gobierno del PP se ha empeñado en demostrar lo inapelable del axioma “Mayoría Absoluta, tontería absoluta”. Llevamos dos meses asistiendo al debate sobre lo fundado o infundado de las expectativas de crecimiento económico en las que se basan los Presupuestos. Todos los medios, instituciones, órganos oficiosos y medios cívicos, tanto en la política como en la economía, han coincidido en reputar exageradas las expectativas del 2’9% del Gobierno. Nada hubiera costado revisar a la baja esos datos y hacer el Presupuesto en consonancia con una crisis generalizada en la economía internacional a la que España, como economía abierta, no puede ser ajena.

Bueno, nada, no. Habría costado algo: rebajar el orgullo, moderar la prepotencia, atemperar la vanidad y sofocar la estupidez que, como pegajosas sombras, acompañan al poder cuando se alarga en el tiempo. Y eso, que es un imperativo de la virtud individual y la ética ciudadana, parece incompatible con la actividad política. Una de las formas elementales de la modestia, cuando se está en el Gobierno, es la coordinación. Nada habría costado prever que las instituciones europeas iban a coincidir con toda España en la rebaja de expectativas. Rato y Montoro podían haber previsto que en ese momento habría una respuesta meditada y coherente por parte del Gobierno, revisando sus números y defendiendo lo que, por otra parte, es evidente: que, pese a todo, los números de la economía española son buenos, mucho mejores que los de la mayoría de los países de nuestro entorno e incluso fuera de él.

Pues bien, no sólo no había nada previsto para el día ineluctable de la revisión, sino que ese mismo día hemos tenido que asistir al mensaje contradictorio de Rato y Montoro. Uno, que hay que atender a los datos de la OCDE; y otro, que no hay que “sacralizar” esas previsiones. ¿Cuáles, entonces, deberían “sacralizarse”? ¿Las suyas? ¿Qué hace falta para recuperar la razón o el sentido común en la vida pública? Si el único remedio es perder el poder, largo, muy largo nos lo fían. Y muy caro. Uno en la Inopia, otro en las Batuecas, ya nos contarán cuándo se revisa el Presupuesto.

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