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LA CONTRIBUCIÓN DE LA IGLESIA

El ciento por uno

En el pasado mes de noviembre se presentaban a la luz pública las cuentas de la Iglesia Católica para el año próximo y estaban todavía en el debate público los últimos coletazos de la propuesta realizada por algunos dirigentes socialistas (alentados por otros grupos) sobre una posible revisión de la financiación de la Iglesia Católica.

En el pasado mes de noviembre se presentaban a la luz pública las cuentas de la Iglesia Católica para el año próximo y estaban todavía en el debate público los últimos coletazos de la propuesta realizada por algunos dirigentes socialistas (alentados por otros grupos) sobre una posible revisión de la financiación de la Iglesia Católica.
Las Edades del Hombre, una de las iniciativas culturales de la Iglesia
Hasta aquí, el mensaje que se estaba trasmitiendo habitualmente a la sociedad española era que la Iglesia Católica estaba al margen de los intereses generales, sobre todo del Gobierno actual, y se la situaba, en muchas de las valoraciones políticas y mediáticas, al margen de la sociedad civil, identificándola más bien con la pugna ideológica en posturas antiprogreso ya caducas.

Evidentemente, cuando se instaura este tipo de juicio mediático y social contra alguien, se dejan en el camino importantes silencios y se cometen gruesas injusticias. Recordemos, sólo de pasada, algún silencio: en estos días, sobre todo por parte del gobierno y de los medios de comunicación afines: se suele silenciar la contribución de la Iglesia a la sociedad en ámbitos de la marginación (la acogida y trabajo con los grupos más deteriorados de la sociedad a los que el Estado no sabe ni puede hacer frente con los medios actuales); la asistencia social en residencias de ancianos, acogida a inmigrantes; trabajo con jóvenes en los centros educativos, en ocio y tiempo libre, colegios mayores; la difusión del patrimonio cultural de nuestro país ¿se imaginan ustedes la retribución que sería necesaria para compensar económicamente a los que han dedicado su tiempo a la exposición "Las edades del hombre", por la cual han pasado varios millones de visitantes? Cuántos recuerdos, también, para la "buena educación" recibida por tantos miles de españoles que hoy, incluso, forman parte de las filas de los que denostan su propia historia, gracias a la cual lograron, posteriormente, una justa promoción personal y social.
 
Toda esta labor, como la de otras iniciativas sociales, ha sido gestionada con menos del uno por ciento (0,5 %), algo que se quiere ocultar, y que es un gasto tan beneficioso comparado con sus resultados, que ya quisieran obtenerlo los distintos programas públicos que se conceden graciosamente a veces en nuestro país.
 
Nuestra comunidad política necesita recuperar y dar toda su importancia a la sociedad civil y a las instituciones que la forman. Nunca debe ser considerada la sociedad civil como un apéndice de la política. Todos los que estamos participando en la iniciativa social, desde cualquiera de los campos citados anteriormente, sabemos que la subvención pública lleva consigo a veces un "peaje" (en vez de un compromiso de responsabilidad) que a veces nos empobrece, como mínimo, cuando no nos desnaturaliza como sociedad civil.

La sociedad civil es el lugar más adecuado para desarrollar la dimensión social de la persona y la acción directa de la iniciativa social, que es muy rica y con grandes posibilidades de regenerar la sociedad. Sin desmerecer la importante tarea dirigente del Estado y su responsabilidad para hacer progresar a la sociedad hacia el bien común, sin embargo no es el mejor camino el "quítate tú para ponerme yo". La progresiva expansión de la iniciativa social, fuera de la esfera estatal, crea nuevos espacios para la presencia activa y para la acción directa de los ciudadanos (Compendio de doctrina social de la Iglesia, 419).

Si no queremos reducir injustamente la contribución ética a la vida pública y empobrecer culturalmente a nuestra sociedad española no debemos volver a fórmulas ya caducas y fracasadas. Está apareciendo con fuerza el Tercer Sector (instituciones y grupos que trabajan por el crecimiento de la sociedad civil), en el que la Iglesia Católica, aquí en España, es su más firme protagonista desde hace mucho tiempo. Hay que esmerar el cuidado para seguir dando protagonismo a la subsidiariedad y a la subjetividad de la sociedad y de sus componentes, personas e instituciones. Estos le devuelven a la sociedad el ciento por uno.

Fernando Fuentes Alcántara es miembro del Instituto Social "León XIII".

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