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Itxu Díaz

Los fantasmas que conspiran en La Moncloa

Sánchez y Zapatero deberían visitar Cuarto Milenio y aportar toda la información sobre este misterioso plan del Más Allá para hacer caer al Ejecutivo.

Sánchez y Zapatero deberían visitar Cuarto Milenio y aportar toda la información sobre este misterioso plan del Más Allá para hacer caer al Ejecutivo.
El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, junto al secretario general, Pedro Sánchez, durante la inauguración de la Escuela Buen Gobierno Jaime Vera del PSOE. | EFE

La manía persecutoria es una de las pocas taras que todavía no conocíamos del presidente. Cree que en los cenáculos de Madrid se reúnen señores poderosos para acabar con su gobierno progresista, pero lo cierto es que si alguien está deseando que se vaya no son los ricos, sino lo que queda de las clases medias, familias golpeadas por la incompetencia del corrillo asnal que se reúne los martes.

Por supuesto, una mayoría de españoles y buena parte del Congreso está deseando que Sánchez salga de La Moncloa y harán todo lo que esté en su mano para lograrlo, pero llamar a eso conspiración es como decir que las elecciones coartan la libertad del presidente para seguir gobernando hasta que le salga de las pelotas, que será tarde.

Hay tipos que tienen un imán hacia la majadería. Allá donde se esté debatiendo sobre algo a todas las luces estúpido, aparecen, y se suman a la disputa, aportando siempre una posición aún más enloquecida. Quizá eso explica por qué, en plena denuncia conspiranoica de Sánchez, y mientras sus ministros se tapaban la cara y miraban hacia otro lado, apareció el más brillante de los socialistas del siglo XXI, la mente roja más preclara, el hombre que porta sobre sus hombros tantos éxitos de Gobierno que ha de caminar a gatas: José Luis Rodríguez Zapatero.

Él es la constatación de que cualquiera puede llegar a La Moncloa. Fue el presidente que hundió España y el PSOE en tiempo récord, y si bien por esto último deberíamos estarle agradecidos, por desgracia no lo extinguió del todo, y del vacío de ideas emergió el liderazgo, mitad nihilista, mitad narcisista, que ahora padecemos.

El ex presidente se sumó a la teoría del contubernio para denunciar que hay "poderes ocultos" que conoce "muy bien" y que están intentando sacar a Sánchez de La Moncloa, dándole a la trama un puntito Cuarto Milenio que me fascina. He estado indagando en los posibles poderes ocultos que podrían estar moviendo los hilos del Más Allá para bajar al presidente del Falcon y, en este punto, me inclino por la Santa Compaña, que obviamente simpatiza con Feijóo. Además, a fin de cuentas, hace tiempo que vagan por La Moncloa las almas más errantes, y al menos una señora de la limpieza afirma haber escuchado en los jardines la risa cavernosa y aterradora de Ábalos y Redondo en una noche de luna nueva.

Otra opción es que detrás de ese misterioso poder oculto se encuentre la célebre Chica de la Curva, que esté esperando a Sánchez tras la recta del verano, pero no he logrado sacarle más información a la Belarra sobre esto. Hay en El Salvador una variante sobre este poderoso espectro que me encanta. Cuenta la leyenda que en las carreteras salvadoreñas se aparece a los conductores varones La Descarnada, una bella mujer que hace autostop. Cuando alguno la sube al coche, lo seduce, y justo cuando logra que su víctima se aproxime a sus labios, a la mujer se le cae a trozos la carne hasta terminar convertida en un horripilante esqueleto. Me lo contaron esta semana y dije, coño, ¡pero si eso es el proyecto de la España alegre de Yolanda Díaz!

Por otra parte, teniendo en cuenta la ingente cantidad de animales que pastan por la zona monclovita de la vida, yo no descartaría que Zapatero esté aludiendo veladamente a la presencia del Chupacabras, pero hasta donde sé ha firmado contrato de exclusividad con María Jesús Montero y ya solo se dedica a vaciar a los contribuyentes. Descarto también la opción del Abominable Hombre de las Nieves porque hablé con él hace unos días y su conocimiento de la actualidad política española necesita mejorar, y sospecho que tampoco podría tratarse del Monstruo del Lago Ness porque, me cuentan, en su última visita al Congreso, se cruzó con Echenique y salió corriendo despavorido con los ojos como el protagonista de una pesadilla de Lovecraft.

Sánchez y Zapatero deberían visitar el programa de Iker Jiménez y aportar toda la información que esté en su poder sobre este misterioso plan del Más Allá para hacer caer al Ejecutivo. Mientras se limiten a indirectas de alto voltaje esotérico, mantendré mis reservas. Bien pensado, si hubiera en los cenáculos madrileños una conspiración global de "señores con puros" para tumbar al Gobierno de Sánchez, yo tendría que saberlo, porque estaría en primera fila, con el puro más largo y agitando ya un Moët & Chandon Magnum.

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