He de confesar que estoy estupefacto.

La Generalidad catalana ha solicitado la colaboración ciudadana para identificar a 68 sospechosos de participar en los altercados de la pasada huelga general del 29 de marzo en Barcelona.

Con ese fin, la Generalidad publica en su web las fotografías de esos sospechosos, obtenidas por la policía durante los disturbios, o bien de los vídeos publicados en diversas redes sociales.

El mensaje es claro: "¡Ciudadanos! ¡Ayudadnos a identificar a estos vándalos, para poder detenerlos!".

Me parece estupendo que la Generalidad solicite la colaboración ciudadana para tan loable propósito, pero la iniciativa me llena de estupor.

En el País Vasco hemos aguantado durante décadas - fin de semana sí y fin de semana también - la acción del terrorismo callejero, con escenas de violencia iguales o peores a las que se vivieron en Barcelona durante la pasada huelga general: quemas de autobuses, quemas de cajeros, quemas de contenedores... Para colmo, existía la constancia de que las actividades de los kaleborrokos estaban directamente conectadas con las de la banda terrorista ETA.

Y, sin embargo, nadie ha puesto nunca en marcha una iniciativa tan sonada para identificar, mediante la colaboración ciudadana, a quienes participaban en esos actos de terrorismo callejero proetarra.

¿Alguien podría dignarse a explicarme a qué se debe semejante diferencia?

Tengo verdadera curiosidad. ¿Por qué frente a los antisistema el estado se protege con todas las armas a su alcance, haciendo incluso llamamientos a la colaboración ciudadana para poder identificarlos y detenerlos, mientras que a los proetarras se los ha dejado campar a sus anchas durante décadas?

Aplicando la lógica cartesiana, la única explicación que encuentro es que los antisistema son un peligro para el sistema (de modo que el sistema reacciona), mientras que los proetarras no lo han sido nunca.

¿Podría alguien proporcionarme alguna explicación alternativa, menos desasosegante?