Hoy hemos entrevistado en el programa Sin Complejos a los policías Antonio Parrilla y Celestino Rivera, a los que el juez Del Olmo mandó a prisión por cometer el pecado de hablar con Fernando Lázaro, periodista de El Mundo. En realidad, Antonio Parrilla ni siquiera había hablado con el periodista, pero parece que eso importaba poco; como también parece que importaba poco que el hablar con un periodista no tenga que ser necesariamente un delito: de lo que se trataba era de mandar a esos dos policías a prisión, y así se hizo.
Les recomiendo que lean el resumen de la entrevista o, mejor aún, que escuchen la entrevista completa, porque es un buen ejemplo de cómo en ocasiones pueden vulnerarse los derechos más elementales de la forma más escandalosa posible. Especialmente, por ejemplo, si se quiere dar un escarmiento (como parece que fue el caso) a quienes se atreven a publicar noticias sobre el 11-M o a salirse del guión.