Colabora


Los enigmas del 11M

Nepotemos

Pietro Ottoboni, sobrino del papa Alejandro VIII, representa tal vez la cumbre de una institución que se mantuvo en la Iglesia Católica durante más de tres siglos: la del cardenal nepote. La palabra nepote significa en italiano "sobrino" y la costumbre de que los papas nombraran cardenales a sus sobrinos (o a otros familiares cercanos) no solo era generalizada, sino que estaba institucionalizada: el denominado cardenal nepote tenía el cargo de secretario personal del Papa y Superintendente de los Estados Pontificios. La palabra nepotismo tiene su origen, precisamente, en esta figura de la Iglesia Católica. Los papas usaban los nombramientos de cardenales para encumbrar a sus familiares. En ocasiones, el cargo de cardenal nepote recaía en un hijo natural del Papa.

Pietro Ottoboni se hizo inmensamente rico gracias a las prebendas recibidas como cardenal nepote. Y usó una parte de esa riqueza en patrocinar las artes, y en especial la música. Haendel, Scarlatti o Corellí fueron acogidos en la corte de Ottoboni, a quien dedicaron algunas obras musicales. También Vivaldi le dedicó una serie de arias.

Posiblemente fuera Ottoboni un hombre eficiente e inteligente. Sin lugar a dudas fue un amante de las artes. Es probable que fuera enormemente culto, diplomático y de agradable conversar. Pero está claro que no se le nombró cardenal nepote por ser eficiente, ni inteligente, ni amante de las artes, ni culto, ni diplomático, ni buen conversador: se le nombró simplemente por ser sobrino de Alejandro VIII.

Uno tendería a pensar que el nepotismo es consustancial con la naturaleza humana: ¿quién no siente el deseo de proteger a su propia familia? Cuando ese tipo de prácticas se producen en la empresa privada, no hay nada que objetar: mientras lo que ponga en riesgo sea su propio dinero, allá cada cual con quien nombra, a quién enchufa o a quién protege. Pero si ese tipo de protección familiar se hace con dinero ajeno, si ese nepotismo se produce en el campo de lo público, entonces uno está protegiendo a su propia familia... a costa de la de otros. Y eso es inmoral. Aunque debería ser también ilícito.

Ayer conocimos que, después de nombrar a su sobrino alto cargo del ayuntamiento, Manuela Carmena, esa mujer de suaves maneras pero que parece tener clarísimas las prioridades familiares, acaba de nombrar alto cargo también al padre de una concejal de Podemos, Rita Maestre.

Argumentan los más fanáticos defensores de Podemos que tanto el sobrino de Carmena como el padre de Maestre son excelentes profesionales. Pues puede ser, pero se trata de un detalle irrelevante. También lo era Pietro Ottoboni. Y ese mismo argumento ("Mi sobrino es un excelente profesional") lo podría esgrimir cualquiera de los cientos de cargos públicos del PP, del PSOE o de Izquierda Unida que han enchufado a su sobrino en tal o cual lugar.

Mirémoslo de este modo: ¿acaso no había en el ayuntamiento otros excelentes funcionarios, aparte del sobrinísmo y el padrísimo, a los que se hubiera podido nombrar para esos puestos?

Al final, resulta que Podemos era tan casta como el PP o el PSOE. Son tan amantes de proteger a su familia, a costa de la de los demás, como cualquiera.

Y para ese viaje no necesitábamos alforjas, qué quieren que les diga. No se trataba de que todo cambiase para que todo siguiera igual.

Lo más popular

  1. Vox se persona contra Begoña Gómez con nueva documentación y advierte de que llegará "hasta las últimas consecuencias"
  2. Alerta máxima en el Poder Judicial tras la amenaza de Pedro Sánchez: "Nos va a barrer"
  3. Sánchez inaugura su ofensiva contra los bulos lanzando otro más sobre Feijóo en TVE
  4. Hacienda debe investigar la millonaria acumulación de patrimonio del hermano de Sánchez al superar sus ingresos conocidos
  5. El miedo de Sánchez: la ley pide a Begoña Gómez identificar al cargo público con el que habría hecho tráfico de influencias

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario