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Los enigmas del 11M

Segundo debate

El segundo debate lo ganó Zapatero, lo cual constituye una excelente noticia. Rajoy estuvo más convincente, ofreció argumentos más sólidos y, sobre todo, no mintió de manera descarada. Pero Zapatero se mostró mucho menos rígido y nervioso que en el debate anterior y recurrió a todas las artimañas que pudo para tratar de quedar por encima de Rajoy, desde la negación directa de la realidad a la interrupción continuada de las palabras de su oponente. En términos futbolísticos, Rajoy jugó bien, hizo un mejor partido, pero Zapatero fue auténticamente correoso, rompió unas cuantas espinillas con la complicidad del árbitro y terminó imponiéndose por uno a cero y de penalti injusto.

Uno de los ejemplos que mejor ilustra la manera de jugar de uno y otro es el cruce de argumentos que se produjo en torno al fracaso de la política educativa española:

  1. Rajoy echó en cara a Zapatero que España esté a la cola en educación entre todas las naciones desarrolladas, según los datos del informe Pisa.
  2. Zapatero le respondió diciéndole que los datos del informe Pisa se elaboraron con niños que tenían 15 años durante el curso 2005-2006 y que habían pasado casi toda su vida escolar con un gobierno del PP, por lo que el fracaso era atribuible al actual partido de la oposición.
  3. Rajoy le recordó que la Ley de Educación que había regulado la enseñanza de esos niños era la LOGSE, aprobada durante el gobierno socialista de Felipe González, y le reprochó a Zapatero que derogara, nada más llegar al gobierno, la nueva Ley de Educación elaborada por el PP para sustituir a esa fracasada LOGSE.

Rajoy podía haber ido mucho más allá. Podía haber recordado, por ejemplo, cómo el PSOE boicoteó (de la mano de los partidos nacionalistas) los intentos del PP por reformar, durante las dos legislaturas de Aznar, el modelo educativo. Pero, si se analiza ese intercambio dialéctico, puede verse que, mientras que Rajoy señala un problema (el fracaso educativo), sabe cuál es el origen de ese problema (la nefasta LOGSE, que tanto daño ha hecho) y no dice nada que no se corresponda escrupulosamente con la realidad, Zapatero retuerce esa misma realidad sin que se le mueva una ceja, tratando de echar a los populares la culpa de un problema creado por el PSOE y cuyas consecuencias estamos ahora padeciendo.

Decía al principio del artículo que es una excelente noticia que Zapatero terminara imponiéndose en el debate, y creo que debo explicarme. Los seguidores incondicionales del PSOE se habrán sentido el lunes tremendamente satisfechos de ver cómo Zapatero "quedaba por encima" en muchos de los intercambios dialécticos. Pero no por ello van a votar más a Zapatero, porque no pueden votar dos veces. Su único voto lo tenían previamente decidido y la "victoria" de Zapatero en el debate no les puede proporcionar otra cosa que satisfacción.

La verdadera cuestión es: ¿a quién convencieron uno y otro? Pongámonos en la piel de alguien que estuviera dudando si acudir a votar y por qué partido hacerlo. ¿El tipo de argumentos de Zapatero puede haber inclinado a esa persona dubitativa a votar al PSOE, en lugar de abstenerse o votar a otro partido? ¿O fue Rajoy el que estuvo más convincente?

La principal diferencia entre los dos candidatos es que Rajoy trató a los electores como a seres racionales e intentó articular un discurso lógico. Zapatero recurrió, y lo hizo muy bien, al cliché y al tópico emotivo. ¿Cuál de las dos actitudes agradecen más los electores? Pues, mal que les pese a algunos, creo que la inmensa mayoría de los ciudadanos tienen de sí mismos un buen concepto. Y agradecen que los demás les traten con la mínima consideración que merecen las personas que están dotadas de inteligencia, sentido común y sensatez.

Los españoles no son esa masa amorfa y manipulable que algunos quisieran. Si lo fueran, no hubiera hecho falta un 11-M para echar del poder al PP.

Y, por cierto, hablando del 11-M, esta vez Rajoy decidió no entrar al trapo que Zapatero le tendió en torno a este tema, cosa que no termino de entender. precisamente porque yo también soy un ser racional. ¿Tan difícil era, señor Rajoy, cuando Zapatero le sacó el asunto, responderle algo como lo siguiente?

"Muchas de las víctimas del 11-M me han dicho que siguen sin tener claro quién asesinó a sus seres queridos o quién las hirió a ellas mismas. La propia sentencia del 11-M afirma que seguimos sin saber quién organizó ese atentado tres días antes de las anteriores elecciones. Yo me comprometo a impulsar, en cuanto llegue al gobierno, las demandas de investigación que esas víctimas me han formulado. ¿Es que usted no piensa hacerlo, señor Zapatero?"

Creo que una respuesta de ese tipo no hubiera estado mal, señor Rajoy. Si es que no quería usted recurrir otra vez a cosas más contundentes. Le recomiendo, por ejemplo, que nos ayude usted a difundir la última producción audiovisual de QSVTV: ¿Qué hacía Zapatero la tarde del 11-M?.

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