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Maite Nolla

759

Si así tratan a Zapatero, que les llevó a lo máximo y que les dio un Estatuto para el que no estaban preparados y con el que no habían ni soñado, que sepa Rajoy que estos ingratos no serán mucho más cariñosos con él cuando la derecha ya no les sirva.

"Decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa"; vaya, mentir. A lo que yo añado, "con intención de engañar". Es mentira que el Estado tenga una deuda de 759 millones con la Generalitat de Cataluña. Y es mentira que la Generalitat no pueda pagar las nóminas de sus funcionarios y empleados públicos en general porque el Estado no pague esos 759 millones. El problema es que no estamos ante una soflama electoral, ni ante una corriente de opinión: estamos ante un Gobierno que utiliza la mentira como principio de actuación política. ¿Para qué? ¿Para que los funcionarios invadan Monzón o Teruel y tomen rehenes hasta que España pague? Pues no, simplemente para que los que vivimos en Cataluña liberemos de toda responsabilidad a nuestro Gobierno autonómico; perdón, nacional. La culpa es del PSOE que no paga lo que prometió, y del PP que no pagará lo que prometió el PSOE.

Porque ése es el origen de esta patraña: las promesas de Zapatero. Las promesas y las concreciones. El Estatut no era una simple declaración de intenciones, con manifiestos políticos como que una ley diga que un parlamento dice que Cataluña es una nación. El Estatut era dinero. Y llegó un momento en el que se acabó, pese a los esfuerzos de Zapatero, que se había comprometido a todo y a más. Por fortuna, la providencia y la legislación impiden que las promesas alocadas de Zapatero se conviertan en deudas jurídicamente exigibles. Menos aún después de la sentencia sobre el Estatut que vino a decir eso, más finamente. De todas formas, si quieren una información más pormenorizada, les recomiendo el artículo de Francesc de Carreras publicado esta semana en La Vanguardia.

La segunda parte del embuste es que si en su desvarío Zapatero hubiera comprometido esa cantidad, los famosos 759 millones están para pagar infraestructuras, no nóminas. Si la Generalitat no tiene dinero para pagar las nóminas será por otra cosa, pero no por esto. Relacionar directamente los supuestos 759 millones de la inversión en infraestructuras con el retraso en el pago de las nóminas –y con su impago– es mentira, por si no se lo había dicho ya, y supone reconocer que el dinero, que cuando se aprobaron los presupuestos estaba previsto para pagar las nóminas de diciembre, se ha esfumado o lo han esfumado.

Si es verdad que Rajoy ha escogido a CiU como socio preferente, lo primero que debe hacer es ponerles freno y aprender. Si así tratan a Zapatero, que les llevó a lo máximo y que les dio un Estatuto para el que no estaban preparados y con el que no habían ni soñado, que sepa Rajoy que estos ingratos no serán mucho más cariñosos con él cuando la derecha ya no les sirva.

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