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Miguel del Pino

Protectoras saturadas: el mejor momento para adoptar

El incremento de abandonos hace que estas sean unas buenas fechas para plantearse la adopción de de animales mantenidos en los refugios.

El incremento de abandonos hace que estas sean unas buenas fechas para plantearse la adopción de de animales mantenidos en los refugios.
El abandono de perros contribuye a la saturación de los refugios. | Pixabay/CC/pashminu

Los animales domésticos sin propietario conocido forman en este momento una verdadera burbuja en toda España; habrá diferencias entre Comunidades Autonómicas, pero el problema es general y muy grave.

La dimensión del conflicto de los animales abandonados o extraviados, que de todo hay, no corresponde a nuestro nivel social y cultural, sino más bien al de uno de los llamados países llamados "tercermundistas". Hay que curar esta patología, pero para ello es imprescindible hacer el correcto diagnóstico.

Proliferan los abandonos de animales?

Como es lógico no hay una causa única sino más bien una suma de ellas, y muy variadas por cierto. Hay que distinguir entre perros y gatos que se extraviaron por descuido de sus amos o por accidentes diversos y nunca fueron recuperados, y otros que sus amos entregaron a protectoras por sentirse incapaces de mantenerlos, o lo que es peor, que algunos desaprensivos abandonaron con toda la carga delictiva que ello implica. De todo hay, repetimos, pero el final y las consecuencias siempre son lamentables.

Hay que empezar por rebatir el tópico de que el abandono se produce de forma masiva cuando llegan las vacaciones, y entonces pagan las consecuencias los animales que llegaron a las casas con motivo de los regalos navideños. Esto es sólo parcialmente cierto, y desde luego no es la más importante de las razones que conducen al problema.

Porque está demostrado que el abandono se produce en forma de goteo constante, durante todo el año, y no sólo al llegar las vacaciones, las Protectoras lo saben muy bien y apenas notan picos en las demandas de acogida o en localización de animales abandonados.

Con las vacaciones aumenta, eso sí, el número de animales perdidos como consecuencia de que sus amos los dejaron al cuidado de personas con escasa experiencia o poco responsables; los gatos en especial se pierden con frecuencia al ser trasladados, ya que su carácter explorador les mueve a tratar de salir de las fronteras de sus nuevos territorios

Siguiendo con el ejemplo delgato, una vez que uno de ellos se pierde puede ser problemático que vuelva a acercarse a los humanos, ya que lo habitual es que trate de buscar congéneres y unirse a una colonia, aunque sean ejemplares castrados. Sólo los muy dóciles pueden tener una segunda oportunidad si se muestran sociables con las personas extrañas.

Los perros extraviados suelen tener finales traumáticos cuando deambulan tratando de encontrar la compañía humana perdida. La falta de cuidado en sus propietarios que propició el extravío puede llegar a ser punible, ya que esos pobres animales generan numerosos accidentes de tráfico, en ocasiones hasta con pérdida de vidas humanas.

Quienes calcularon mal sus posibilidades de tener un animal doméstico en buenas condiciones y al menos lo entregan a una entidad protectora en lugar de abandonarlo, no llegan a alcanzar la dimensión delictiva de los que abandonan, pero también contribuyen al grave problema de la saturación de los refugios; sus buenas intenciones se frustraron seguramente por su carencia de conocimientos, pero finalmente es el inocente animal quien paga las consecuencias.

Las zonas periféricas de las grandes ciudades, los suburbios, las urbanizaciones en construcción y aquellos emplazamientos que no son "ni corte ni cortijo" son la principal fuente de animales extraviados que, en muchos casos, no han sido abandonados, pero que deambulan en libertad porque nunca tuvieron un dueño.

Las perras sin adecuado control que cuidaban de obras o de almacenes, y tuvieron acceso a copular durante el celo trayendo al mundo camadas incontroladas son un triste ejemplo de ello.

Hay también pérdidas o abandonos específicos que dan muy mala imagen a los colectivos de que proceden, como el gremio de los cazadores: aunque muchos de ellos sean escrupulosos y sus perros vivan la mayor parte del año en la ciudad como animales de compañía, algunos se extravían durante las batidas, lo que no que tiene nada que ver con los desalmados que abandonan o matan a sus perros porque dejan de serles útiles.

Hay que resolver el "atasco" de animales recogidos.

Las Sociedades Protectoras también pagan a veces las consecuencias de las minoritarias malas conductas de alguna de ellas. El reciente caso de la sentencia penal caída sobre la directora de un espeluznante matadero de perros disfrazado de protectora es un ejemplo bien reciente. La inmensa mayoría de ellas son ejemplares, viven del entusiasmo de sus voluntarios y sacan las castañas del fuego en muchas ocasiones a las autoridades que no pueden con las dimensiones económicas del problema.

La obligatoriedad de la colocación del chip de identificación, e incluso el empleo reciente de técnicas de tipo genético, deberían solucionar de manera definitiva el problema del abandono y facilitar la recuperación de un animal perdido al que sus dueños buscan a veces con desesperación. Se ha avanzado mucho en este sentido en los últimos años.

Mientras se va avanzando en la lucha contra todas y cada una de las causas que propician la proliferación de animales abandonados, las personas sensibles y amantes de los animales pueden aprovechar estos especiales momentos del año para lanzarse de forma masiva a la adopción de animales mantenidos en los refugios: un animal sin raza puede ser una excelente opción, pero también cuentan las protectoras con un muestrario increíblemente variado de perros y gatos de raza que por diversas razones también fueron abandonados. Seguro que entre ellos está el ideal para cada familia.

Si conseguimos salir de la situación actual de saturación y sigue el ritmo de adopciones, al menos al nivel actual no habremos acabado con un problema que presenta tantas aristas; pero al menos daremos margen y tiempo para que los expertos, tanto del mundo veterinario como de la Administración, puedan enfrentarse a él con posibilidades reales

Y hay que recomendar de manera especial que no se ceda ante la tentación de adquirir un animal de forma compulsiva sin pensar en la responsabilidad social y humanitaria que ello implica. Una visita al veterinario previa a la decisión de comprar o adoptar es especialmente recomendable ya que nadie como él nos puede asesorar sobre la conveniencia de seguir adelante o de renunciar a un proyecto que, en algunos casos, puede ser descabellado.

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