****Otros ejemplos de conspiranoia. Y de la agudeza de algún necio listillo y mala persona como Cebrián, modelo de "informadores". Señalo el caso de Gutiérrez Mellado, así como el carácter manipulador de El País, en La Transición de cristal. Las razones de estas conspiranoias eran fáciles de entender, por lo demás. Nótese que los socialistas, muy interesados en la versión conspiranoica, tuvieron largos años pleno poder sobre la policía y capacidad para investigar a fondo el "misterio". Barrionuevo no encontró nada. Claro que un conspiranoico de pro diría que Barrionuevo también estaba en la conspiración en torno al GRAPO. Interesante también el aserto del terrorista Felipe González a instancias de Cebrián. Del payaso Mienmano ya me he ocupado en algunos artículos. Los socialistas parecen llevar el embuste en su ADN http://www.gees.org/files/article/23112010210216_Analisis-08283.pdf.
El artículo es ilustrativo, pero llama la atención la tontería de Miguel Primo de Rivera, que afirma que días antes del secuestro de Oriol "pidió que aumentasen con urgencia la protección" al personaje. Ortí Bordás dice que transmitió la orden al director general de seguridad, pero que este la incumplió. Ello da pie perfectamente a la conspiranoia: "se sabía" lo que iba a pasar, pero "fuerzas misteriosas" estaban interesadas en que pasase. Ahora bien, por entonces la protección de los altos personajes era mínima y rutinaria, entre otras cosas porque no había precedente de un acto así. De modo que Primo tendría que explicar por qué le interesó tanto, en particular, la protección de Oriol, y precisamente por aquellos días. ¿Le había llegado algún soplo? Y Ortí Bordás debería explicar a su vez por qué la orden fue incumplida. Dudo mucho que llegara algún soplo a ninguna parte, pues el secuestro, aunque se venía hablando de él como una posibilidad teórica desde hacía tiempo, fue decidido y realizado en muy pocos días y por muy pocas personas de plena confianza del PCE(r)-GRAPO, que era entonces, probablemente, el grupo menos infiltrado por la policía (el PSOE, por ejemplo, lo estaba de arriba abajo, y el PCE a niveles también muy amplios; las infiltraciones en la ETA habían dado lugar a grandes caídas de la banda un año antes). En realidad no creo que hubiera infiltración alguna. Estas cosas revelan también la calidad de los políticos que hicieron la transición de Suárez, y de Suárez mismo. En fin, quien quiera informarse con los pies en la tierra puede leer De un tiempo y de un país.