El pisoteo de la justicia por Garzón al servicio de los intereses electorales de Zapo le parece a Rajoy una “rectificación propia de sabios”. En cierto sentido lo es: Zapo consigue así ponerse a la cabeza de la manifestación, como lo intentó González cuando los escándalos de la corrupción le asfixiaban, y valiéndose precisamente de Garzón, qué casualidad. De este modo arrebata a un nada sabio PP la posibilidad (que nunca ha aprovechado) de llevar la iniciativa política, gana fuerza electoral a costa de Rajoy, y debilita –corriendo ciertos riesgos– a sus socios de la ETA. Lo último puede hacerlo, para más sarcasmo, gracias a la política anterior del gobierno de Aznar y a su labor de infiltración en la banda terrorista. Desde luego, ello no liquida los tratos del PSOE con los pistoleros, que con seguridad continúan, pero cuyo final feliz reserva para su próxima etapa de gobierno.
Así, el “sabio” Zapo está saliendo a flote de una situación comprometida creada por las discordias entre asesinos y gorrinos, y mejorando su posición por partida doble: a costa del PP y a costa de la ETA. Reservándose además todas las bazas para proseguir el desmantelamiento de la Constitución, que es su auténtico programa, en compinchamiento con separatistas y terroristas. Posiblemente el jefe del PP vuelva a ofrecerse a Zapo para “ayudarle” en su labor, otra de las especialidades del líder pitoniso. Y bien que le ha ayudado ya con sus estatutos autonómicos y con su crónica flojera.
Rajoy llamó una vez “bobo solemne” a Zapo. Ya he dicho que con ello se definió a sí mismo de la manera más precisa que nadie lo haya hecho hasta ahora. Rajoy podría cumplir un papel pasable en un país estabilizado y sin grandes problemas políticos, pero la situación es muy otra y él, desde luego, no está a la altura. Zapo, por el contrario, no tiene nada de bobo ni de solemne, es más bien un “sabio” en el único sentido que la palabra puede tener en boca de Rajoy: el clásico señorito o niñato listillo, estúpido en el fondo –un auténtico iluminado– pero habilidoso en sus manejos. Unos manejos tanto más fáciles cuanto que tiene enfrente al pesado y torpe jefe del PP, que de vez en cuando tiene a bien comunicarnos lo “en forma” que se siente para gobernar el país.
¡A lo que ha bajado la política en España! ¿De dónde saldrá esta gente? Quizá sea lo que da una sociedad moldeada por la telebasura.
------
El panorama, de todas formas, no es desesperado. Por suerte la COPE, Libertad Digital, la AVT y algunas asociaciones y personajes sueltos obran como un dique que, mejor o peor, contiene el avance de la disgregación nacional y democrática. También es posible que el nuevo partido de Rosa Díez y Mikel Buesa sirva para regenerar a la izquierda. Y por otra parte las peleas entre los monipodios de la Infame Alianza son inevitables y podrían llevar a esta a una crisis.