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Raúl Vilas

El año del quince

Los enemigos de España y la libertad están más fuertes que nunca y nosotros con las mismas ganas de siempre, si no más, de dar la batalla.

Cuenta la leyenda que un irreductible grupo de liberales que se reunía en Albarracín decidió fundar La Ilustración Liberal, primero, y Libertad Digital, después, para defender la Nación y la Libertad, tanto monta monta tanto –no hay Nación sin Libertad, ni Libertad sin Nación.

Por si la cosa no fuese ya suficientemente extravagante, un grupo de intelectuales fundando un medio de comunicación liberal en España (lo nunca visto en medio de la hegemonía cultural y mediática de la izquierda), decidieron apostar por internet. Un periódico digital en el año 2000 era cosa de frikis. La mayoría de los españoles no habían navegado por la red en su vida y los que sí tenían que soportar, como el Santo Job, aquellos modems telefónicos de una lentitud desesperante. Pero la cosa tenía una virtud fundamental, que ha marcado los 15 años de vida de la criatura: era viable económicamente sin depender del poder político. Pese a las insidias recibidas, una constante en esta casa, si hay algo que defina a Libertad Digital es la independencia.

Hoy, quince años después, todo ha cambiado pero todo sigue igual. Aquellas primeras portadas nos parecen arte rupestre. Donde sólo había letras hay imágenes de todos los tamaños, vídeos, audios... Ahora somos multimedia. esRadio sigue creciendo en su sexta temporada y contamos con un excelente departamento de producción audiovisual. Pero lo esencial es que defendemos lo mismo que entonces. Y no son siglas. Nunca lo han sido. Basta con consultar todos los editoriales publicados a lo largo de estos quince años. No hay mejor respuesta a las injurias que recibimos diariamente por criticar o apoyar a este u otro partido, de quienes exigen adhesiones inquebrantables por encima de los principios.

Crecer siempre es difícil, pero mucho más en un entorno político-mediático tan hostil. Especialmente después del 11-M. Hubiera sido mucho más fácil tragar con la versión oficial y abandonar a las víctimas del terrorismo en estos ya casi 11 años, que se cumplen este miércoles, de infamia. Desde entonces la situación nacional no ha hecho otra cosa que deteriorarse. Llegamos al año 15 con un partido totalitario como Podemos a las puertas del poder, con Cataluña al borde la secesión, la ETA en las instituciones, la clase media destrozada por los socialistas de todos los partidos y una crisis institucional que se ha llevado por delante la separación de poderes y la seguridad jurídica. España se parece hoy mucho menos a una democracia abierta, liberal y avanzada que en el año 2000. Y si entonces aquellos liberales de Albarracín entendieron que era necesario fundar Libertad Digital, hoy lo es mucho más.

El 15 y los años venideros prometen más inestabilidad y sobresaltos, cuando no un cambio de régimen. Los enemigos de España y la libertad están más fuertes que nunca y nosotros con las mismas ganas de siempre, si no más, de dar la batalla. Estamos acostumbrados a remar contracorriente. Nos pone. Y, sobre todo, tenemos un presidente, Federico Jiménez Losantos, que no sólo nos lo permite, nos lo exige. No es fácil resistir tantas presiones, campañas e intentos de silenciarnos. Con un empresario al uso en esto de la comunicación, sería imposible.

Hace más de diez años, con más pelo y menos kilos, aterricé en la vieja sede de Conde de Aranda, un piso del barrio de Salamanca reconvertido en trinchera, que capitaneaban Javier Rubio, Dieter y Somalo. He tenido la suerte de trabajar en diferentes puestos con una redacción joven, vital, comprometida y combativa. Eso tampoco ha cambiado. Muchos de los periodistas que hoy formamos parte de esta casa hemos crecido juntos profesional y personalmente. Ya no somos tan pequeños como algunos quisieran y no puedo nombrarlos uno a uno. A mí me toca firmar este artículo, pero los 15 años son de todos los que cada día hacemos Libertad Digital y esRadio.

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