Menú
Víctor Cheretski

Cada día más cerca de Rusia

Ucrania cumple el décimo aniversario de su independencia. La fiesta recuerda los tiempos comunistas soviéticos: patéticos actos oficiales, apertura de monumentos y la indiferencia total del pueblo. La verdad es que no hay muchos motivos para los festejos. El país está en plena crisis económica, con la industria parada, un desempleo que supera el 30 por ciento de la población activa, el salario medio en 5.000 pesetas mensuales y el PIB que equivale al 40 por ciento de lo que era hace 10 años. La miseria y el paro provocan una emigración masiva. Se considera que el 10% de los ucranianos ya se encuentra fuera de su patria. La mayoría en Rusia. En España los emigrantes ucranianos ocupan el primer lugar entre todos los representantes de la antigua URSS. Hasta en Portugal hay unos 40.000 representantes de esta nación.

Por otra parte, el acontecimiento sirve para celebrar unas reuniones importantes entre los políticos invitados. El invitado de honor, el presidente ruso, Vladímir Putin, al que una parte de la población de Ucrania llama “nuestro presidente”, se reúne con su colega ucraniano, Leonid Kuchma. Paradójicamente, de lo que hablan en el aniversario de la independencia los dos mandatarios es de volver a una “alianza estratégica”, parecida a lo que era la Unión Soviética, el imperio donde Ucrania tenía acceso a las materias primas y el mercado para sus productos.

Es curioso, hasta la estatua inaugurada por el presidente y sus invitados que teóricamente debería conmemorar la independencia, está dedicada a la unidad. Una gigantesca mujer de piedra se llama “Eslava”, o sea, lleva el nombre de la etnia a la que pertenecen tanto los ucranianos como los rusos.

El tema de la unión ha sido discutido no sólo en las reuniones entre Putin y Kuchma. En un seminario en Moscú, el politólogo Gleb Pavlovski, portavoz no oficial del Kremlin, declaró que los dirigentes tienen que escuchar la voz popular ya que los dos pueblos claman relaciones más estrechas. Los participantes en el seminario señalaron que el 70 por ciento de los rusos considera que son un sólo pueblo con los ucranianos. El 40 por ciento de los ucranianos son fervientes partidarios de un estado común, el 11 por ciento se opone a esta idea, mientras que los demás no tienen nada en contra de ella. Al mismo tiempo, el 80 por ciento de la población de Ucrania cuenta con familiares o amigos en Rusia.

Mientras tanto en Kiev, capital de Ucrania, se encuentra otro político que, al parecer, desea aprovechar su estancia con fines que van más allá de la participación en la polémica conmemoración. El presidente polaco, Alexánder Kwasnevski, se reúne también con Putin. Se muestra impaciente por mejorar las relaciones con Rusia, el primer aliado de Polonia en la época comunista, que llegaron a ser malas o muy malas en los últimos 10 años. Los polacos insisten, entre otras cosas, en que el viaje del mandatario ruso a Varsovia se realice cuanto antes a pesar de que el mismo Putin no tienen ninguna prisa.

Algunos observadores en Moscú opinan que el coqueteo con el Kremlin de Kwasnevski tiene como propósito “recordar” a Occidente la necesidad de admitir cuanto antes a Polonia en la Unión Europea. Sino, se buscará la vida en el Este.

En Internacional

    0
    comentarios