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David de Ugarte

¿Por qué i-mode y no Vodafone Live?

La Internet móvil no es la web, no es una enredadera abierta sino un árbol. Un ecosistema de nuevo tipo que permite el cobro por contenidos pero que también deja una enorme responsabilidad en manos de las operadoras: la viabilidad de un desarrollo masivo de Internet en España... Mientras Telefónica está aprovechando la experiencia japonesa y replicándola, Vodafone rechaza en nuestro país abrir paso a contenidos. Así devalúa su tecnología y se equivoca comercialmente, pero sobre todo relentiza la revolución keitai en nuestro país.
 
La telefonía móvil está lejos de ser un mercado de competencia perfecta. Tres operadores se lo reparten: Telefónica, Vodafone y Amena. Los dos primeros han apostado por incluir, siguiendo la tendencia internacional, servicios basados en protocolos de Internet en sus teléfonos móviles. Pero mientras el operador mayoritario ha optado por seguir el modelo i-mode, que cuenta ya con 40 millones de usuarios sólo en Japón y está extendiéndose por todo Asia y Europa, Vodafone parece anclado en el trauma del WAP.
 
El móvil no está pensado para leer es una vieja máxima prejuicio que ignora precisamente todo lo que está suponiendo la revolución móvil, tanto social como económica y culturalmente. Pero quien nos lo dice es María José Alvarez, responsable de negocio de Vodafone Live!, quien resume la política de la compañía en una frase: Queremos marcas, no contenidos.
 
Bien está que una compañía renuncie a un negocio floreciente si quiere... si existe competencia real. Pero en un mercado oligopólico como el nuestro de telefonía móvil, decir esto supone dejar exclusivamente en manos de Telefónica el futuro del Internet móvil. Y eso no es de recibo. Es demasiada responsabilidad para el operador dominante y demasiada poca compentencia para los generadores de contenidos.
 
Tan sólo tres millones y medio de hogares españoles disfrutan de una conexión a Internet. Sólo un once por ciento son de banda ancha. Sin embargo para cuarenta millones de personas hay en uso treinta y nueve millones de móviles. El fracaso de la implantación de Internet sobre PC en España convierte a i-mode en nuestra última gran esperanza para generar un mercado electrónico de gran consumo que sirva a la vertebración de la sociedad civil y que consiga el milagro de que España no pierda definitivamente el tren de la Revolución tecnológica.
 

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