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Amando de Miguel

Seguimos con el inglés

Los españoles hemos asistido, atónitos y divertidos, a unas declaraciones de nuestro ministro de Asuntos Exteriores en los Estados Unidos. Era una mezcla balbuciente de palabras inglesas y españolas, un poco como pueden hablar los hispanos recién llegados a los USA. El locuaz ministro ha hecho toda su carrera diplomática, y antes administrativa, en consulados y embajadas donde la lingua franca era el inglés. Los contribuyentes nos preguntamos cómo se podía entender el hombre con sus colegas de otros países, con las autoridades locales. Por otra parte, la desenvoltura moratinesca ayuda mucho a quitarnos esa timidez de muchos españoles cuando intentamos que nos entiendan en inglés.
 
Seguimos con el concurso de cómo denominar la acción de hacer rebotar las piedrecitas en una lámina de agua. Jorge Alejandro Waterhouse-Hayward de Irureta Goyena propone goletear. En inglés es to schoon, que procede de schooner (= goleta, un velero muy rápido). La verdad es que las piedrecitas, tiradas con fuerza y maña, cortan el agua como una goleta, no como una rana. Visto para sentencia. Siempre es fecunda la adopción de palabras inglesas. Después de todo, el inglés es el latín de nuestro tiempo. Es una importación, esta de las palabras, que no paga arancel. Ya se sabe, los liberales somos contrarios a todo tipo de aranceles.
 
Javier Fernández me envía una corrección interesante sobre la voz berbiquí, que seguramente interpreté mal. “Berbiquí no se refiere a la forma helicoidal, sino al eje quebrado que es un cigüeñal. Como usted sabe, el berbiquí consta de un mango para sujetarlo en el extremo del eje y una parte quebrada, donde la mano hace de biela y produce el movimiento giratorio de la broca o barrena”. Está muy claro, pero yo me refería al berbiquí simple o de carrete (en inglés drill). Está también el berbiquí de vaivén (en inglés Archimedes drill). Su función es la de perforar según gira la barrena helicoidal, mediante un movimiento de manubrio. Pero me parece que don Javier se mueve con soltura profesional en este terreno de las herramientas. Así que le haré caso.
 
José María Navia-Osorio comenta algunos términos divertidos del Spanglish, como guachimán (= watching man, vigilante), o deliberar groserías (= to deliver groceries, repartir artículos de alimentación). Don José María me pregunta si también en Sudamérica llaman “ultramarinos a las tiendas de alimentación”. Es claro que no. En México son abarrotes. En Cataluña son colmados. En otras regiones españolas dicen bodegas.
 
Domingo de la Cruz me descubre un incorrecto anglicismo en mi frase “en un par de meses [el libro] estará rodando [no “rondando”] por las librerías”. Don Domingo precisa que sería mejor decir “dentro de un par de meses”. Tiene toda la razón pero la razón académica. Me parece inevitable el contagio del inglés en las expresiones como “en un minuto estoy contigo” o “en media hora acabo”. La razón es que el en introduce un elemento de deseada ambigüedad. “En un minuto” quiere decir que se me conceda un momentico, como dicen los cubanos, esto es, un tiempo elástico. En cambio, el castellanísimo “dentro de un minuto” manifiesta una falsa exactitud: al término de 30 segundos exactamente. Quizá sea esa la explicación de por qué la utilidad de la expresión “en un par de meses”. Quiero indicar que no sé si serán dos o tres meses. “Estoy listo en un periquete” es una locución adverbial mucho más expresiva, por indeterminada, que el absurdo dentro de un periquete. Los mexicanos dirían ahorita.
 
María Luisa Osacar (San Francisco de California) me transmite una buena sugerencia. Los hispanos de aquellas tierras dicencabildearparalobbying. En efecto, dice el DRAE quecabildeares “gestionar con actividad y maña para ganar voluntades en un cuerpo colegiado o corporación”. Es una perfecta equivalencia castiza dellobbying. La regla es que, si hay una palabra española, no hay por qué importar la inglesa. Aun así, el generoso diccionario de Seco admitelobby,lobbista,lobbyingylobbysmo, si bien permite la be simple. La misma opción se reproduce en el diccionario de Manuel Alvar, aún más liberal con los extranjerismos. No es fácil traducirlobbypor “grupo de presión” o “grupo de interés”. Habría que añadir la caracterización de “legal”, con lo que el término se complica. Es lástima que no haya cuajado lo de “cabildo”.

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