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Amando de Miguel

A vueltas con el inglés

Gonzalo Díaz Granda defiende la palabra encanto para evitar el barbarismo glamour. Es buena la intención, pero recordemos que no hay dos palabras iguales. El DRAE define glamour como “encanto sensual que fascina”. En efecto, las figuritas del belén navideño tienen un encanto especial, sobre todo las de barro, las de artesanía, pero carecen de glamour. Al revés, Jane Fonda ─con lo vieja que es─ sigue teniendo glamour; encanto, ya menos.
 
Alejandro del Villar Ferrer (Ciudad de Guatemala) corrobora que en su tierra la palabra guachimán (= watching man, vigilante) es mucho más común que “guardaespaldas”. La verdad es que “guardaespaldas” es un término horrible. ¿Por qué las espaldas? En inglés se dice también bodyguard, es decir, el que guarda el cuerpo entero, no solo la espalda. En España se impone ahora “escolta”, una voz con resonancias franquistas.
 
Raúl Sibeud (San Lorenzo de El Escorial, Madrid) dice que está “casi convencido” de que loncha en inglés es slice y no lump. Créame, ambas formas están emparentadas. Abra el Webster’s y verá la primera acepción de lump = “Una masa de algo, de forma indefinida, usualmente lo bastante pequeña como para ser cogida con la mano”. Slice es esa misma masa pero cortada con un cuchillo. Las dos palabras significan más cosas. En español loncha es piedra ─o de cualquier otro material─ plana y delgada. No necesita la acción del cuchillo. Es decir, la loncha es más lump que slice.
 
José Donís Català Carrasco ha descubierto esta perla en el inglés: mercedes-marxist (= progre de salón). Añado que en Estados Unidos circula desde hace mucho tiempo lo de bleeding hearts (= corazones sangrantes), los progresistas que andan lamentándose de las desgracias del mundo.
 
Aquí hemos comentado algunas veces esa particularidad del inglés que no pone el sexo más que a los entes que lo manifiestan; por ejemplo, los varones y mujeres. En inglés no hay una palabra, “hombre”, común a varones y mujeres. Los animales inferiores, incluso los bebés, y todos los objetos en inglés son neutros. Con alguna excepción: los barcos, locomotoras y aeronaves que son del género femenino. Alejandro Atienza Ramos me envía un poema muy divertido para demostrar por qué en inglés los barcos sí tienen sexo; son femeninos. Intento traducir libremente o, mejor, libertariamente:
 
Una nave es del género femenino porque…
─ lleva siempre mucho perifollos
─ normalmente hay muchos hombre en torno a ella
─ destaca por su arboladura y sus estays (colgantes)
─ aparejarla es lo que más cuesta
─ se necesita mucha pintura para mantener una buena apariencia
─ los gastos iniciales no es lo importante, sino el mantenimiento
─ es fundamental la cubierta
─ se necesita mucha experiencia para manejarla adecuadamente
─ sin un hombre al timón resulta difícil de controlar
─ en ella destaca la parte delantera y oculta la parte baja
─ cuando se dirige al puerto se siente muy boyante.
 
Realmente es de imposible traducción. Sucede que, en efecto, los términos náuticos ingleses se aplican muy bien al cuerpo femenino.
 
Ramón Freire Martín (El Rompido, Huelva) señala esta frase en un editorial de El Mundo (7 de septiembre de 2005): “Rabat no sólo hizo nada pare cumplir la petición de España”. Opina don Ramón ─con buen criterio─ que se trata de una maléfica influencia del inglés. En ese idioma se diría: “Rabat not only did nothing…”. Pero en buen castellano lo correcto sería: “Rabat no solo no hizo nada…”. Sí, señor. En español ese “nada” es un refuerzo, no una segunda negación.
 
Guillermo Cuevas (antiguo alumno; una relación para toda la vida), desea precisar la significación de portfolio. Quiere decir “cartera” en el mismo sentido que en castellano. Es un objeto cuadrangular, idealmente de cuero, que se usa para llevar cartas, documentos, libros y otros cachivaches. Por analogía, tanto portfolio en inglés como cartera en español, adhieren el sentido del activo de valores mobiliarios que posee una empresa o un particular. Portfolio procede del italiano portafoglio (= portahojas).
 
José María Carrera (Arenas de Cabrales, Asturias) se adhiere a mi propuesta de que el inglés se establezca como idioma oficial de la Unión Europea. Como medida práctica, sugiere don José María que en España las películas se pasen todas en versión original con subtítulos en las distintas lenguas. Añado que, conseguido un conocimiento rudimentario del inglés, lo mejor es ver las películas en inglés original con subtítulos en inglés. Es una operación que no estorba nada para que se pueda refinar el español o cualquier otro idioma.

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