
Viajar con un animal de compañía en el coche exige más que buena voluntad. La normativa indica que nuestras mascotas no pueden interferir en la conducción y deben viajar seguras, pero elegir el sistema correcto para lograrlo sigue siendo un reto. Según la DGT, no existe todavía una homologación oficial que acredite qué dispositivos protegen de verdad al animal y al conductor, a pesar de que la ley de bienestar animal de 2023 ya obliga a garantizar su seguridad durante el transporte.
En España, muchos dueños compran arneses, asientos o correas pensando que cumplen con estándares de seguridad, cuando en realidad ninguno ha sido certificado. Expertos como Sergio Gascó, investigador de la Universidad de Zaragoza y especialista en transporte seguro de mascotas, advierten de que el peso del animal en un impacto se multiplica por 35. Un perro de 20 kilos, por ejemplo, golpearía con más de 700 kilos contra la estructura del coche o los pasajeros en un choque a 50 km/h si viaja suelto.
Qué sistemas son más seguros
La experiencia en Sistemas de Retención Infantil (SRI) ha servido de inspiración para el transporte de mascotas, pero el mercado sigue sin regulación clara. Mientras en EE.UU. solo 15 de 300 productos testados han superado pruebas de impacto, en Europa se avanza lentamente hacia dummies específicos para perros y gatos.
Las recomendaciones actuales apuntan a:
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Transportines para animales pequeños (menos de 9 kg), siempre colocados en sentido transversal a la marcha y sujetos con un sistema que haya superado crash tests.
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Transportines en el maletero para perros de gran tamaño (más de 55 kg), fijados a la carrocería para resistir un impacto frontal.
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Evitar arneses para animales muy pequeños, ya que su cuello no soporta un latigazo cervical.
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Nunca usar correas atadas al collar ni asientos para mascotas, que pueden convertirse en un riesgo mortal.
Por qué es clave usar productos probados
Aunque la inversión en sistemas de seguridad certificados puede ser más elevada, es la única manera de reducir riesgos graves en un accidente. Las pruebas realizadas con transportines y arneses testados en laboratorio demuestran que una sujeción correcta puede salvar vidas tanto del animal como de los pasajeros.
Gascó detalla que colocar el transportín en el suelo, entre asientos, es desaconsejable, porque en un impacto frontal el perro puede salir despedido por debajo del asiento. Incluso en impactos frontolaterales, esa zona es la más frágil del vehículo. La clave es sujetar siempre el sistema a un punto estructural del coche, como el cinturón o los anclajes del maletero.
Hacia una futura regulación europea
Los especialistas esperan que, igual que ocurrió con las sillas infantiles para niños, el transporte de mascotas en vehículos cuente pronto con normativa y homologación obligatoria. El desarrollo de dummies con sensores y pruebas de impacto específicas permitirá certificar productos fiables y reducir la siniestralidad asociada al transporte animal.
Hasta entonces, la recomendación es clara: nunca viajar con la mascota suelta y elegir productos que puedan demostrar pruebas de laboratorio y crash test reales. Cada viaje sin sujeción adecuada es un riesgo para todos los ocupantes del vehículo.



