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La dependencia del coche marca la movilidad en el medio rural español

Más de 7,5 millones de personas en España viven lejos de servicios básicos y con pocas opciones de transporte alternativo al coche.

Más de 7,5 millones de personas en España viven lejos de servicios básicos y con pocas opciones de transporte alternativo al coche.
Movilidad reducida en zonas rurales | DGT

La dispersión de la población y la falta de transporte público convierten al coche en el medio casi exclusivo para los desplazamientos cotidianos en las zonas rurales de España. Según datos del Ministerio de Industria, Pesca y Alimentación, más de 7,5 millones de personas viven en municipios considerados rurales, lo que supone el 15,7% de la población, pero repartidos por el 83,9% del territorio nacional, con distancias medias de 22 kilómetros para acceder a servicios básicos.

Alta dependencia del coche y riesgo de aislamiento

En estos municipios, la red de transporte público presenta frecuencias bajas, escasa cobertura y pocos servicios nocturnos o de fin de semana. Según el Observatorio del Transporte y la Logística en España (OTLE), el gasto en coche privado en 2023 representó el 96,2% del gasto total en transporte en áreas rurales, frente al 87,4% en zonas urbanas. Además, hay 698 vehículos por cada 1.000 habitantes en el medio rural, muy por encima de los 470 por cada 1.000 en las ciudades.

La carencia de transporte público también afecta al acceso al empleo: un estudio de BeConfluence indica que el 47,6% de los encuestados en áreas rurales asegura tener dificultades para trabajar fuera de su localidad por falta de conexiones.

Alternativas y soluciones tecnológicas

Frente a este panorama, se están implantando fórmulas como el carsharing, el transporte colectivo a demanda o las redes colaborativas de movilidad. El Foro Internacional de Transporte de la OCDE propone modelos que combinen el uso compartido de vehículos, incentivos para adquirir eléctricos y planificación comunitaria que integre la movilidad como un servicio.

Ejemplos de aplicación son plataformas como KudeaGo en Navarra, que conecta a vecinos para compartir trayectos, o SierraCar en Madrid, con taxis compartidos en siete líneas a demanda. En Vizcaya, el proyecto Bide ON combina taxi y autobús para estudiantes y personas mayores.

Transporte público a demanda

El modelo más extendido en España es el DRT (transporte a demanda), que permite adaptar rutas y horarios a las necesidades reales. En Castilla y León, la red incluye servicios regulares y puerta a puerta. La última innovación es el Smart DRT, que permite solicitar desvíos casi en tiempo real.

Sin embargo, la implantación no siempre es sencilla. En zonas de baja densidad, como la Serranía de Cuenca, la demanda es escasa y la población desconoce en muchos casos que puede solicitar paradas de autobús bajo demanda.

Infraestructuras y recarga eléctrica

El 96% de la población vive a menos de media hora de una vía de alta capacidad, pero la calidad de las carreteras locales sigue siendo clave para mejorar la movilidad. Las diputaciones provinciales trabajan en la conservación y señalización de caminos y en la conexión entre núcleos urbanos.

En materia de descarbonización, el 31% de los hogares rurales cuenta con un punto de recarga público cercano, frente a distancias más cortas en áreas urbanas. El parque de vehículos eléctricos crece a un ritmo del 50% anual, pero la cobertura de recarga sigue siendo limitada.

En Tráfico

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