El País sigue estrujándose las meninges para echarle un cable a Batasuna. "Batasuna acelera su ruptura con ETA ante el temor a un atentado" y Sortu ha "endurecido el tono" contra la banda, dice Aizpeolea. A renglón seguido nos cuenta lo de los etarras detenidos con un polvorín y da detalles de lo más interesantes. Lo guardaban en un "caserío desastroso", qué gente, sabiendo que podía visitarles la Guardia Civil ya podían haber arreglado un poco la casa. Encima eran "desordenados y con poca afición a la higiene personal". Vamos, que encima de etarras, unos guarros. Inaceptable.
Javier Pradera habla del cruce de corrupciones PP-PSOE con Camps y Chaves. "Las manchas malolientes en la solapa propia no se limpian ensuciando la chaqueta ajena", sentencia. Vaya, les ha dado por la limpieza, a los de Prisa.
ABC ha leído un comunicado distinto de Batasuna porque dice que "retoma su discurso desafiante y condena los arrestos". El periódico de Vocento está mucho más centrado en atizar a Garzón. "El mito Garzón se va diluyendo, y aflora su mala praxis como instructor. A pesar de la coraza mediático-política que pretende protegerlo (...) Aunque hay quien quiere ver una conspiración derechista contra Garzón, todo es más fácil de entender si solo se ve a un juez que ha jugado con la ley a su capricho". A Ignacio Camacho tampoco le va Garzón, que "en realidad, tiene más madera de político que de juez (...) Experto en el manejo mediático domina los mensajes simplistas y las coartadas de simbolismo ideológico, y cuando se ve en aprietos tiende a sobreactuar con recargadas dosis de victimismo".
El Mundo le pega un nuevo palo a Chaves por el hijito. Ha habido "tráfico de influencias" y Chaves "no ha movido un dedo", así que "el vicepresidente tendrá que responder políticamente de los manejos de sus allegados (...) Sus explicaciones no son ni coherentes ni creíbles, por lo que debería ser destituido por Zapatero si no dimite de vicepresidente", insiste Pedro J., el hombre, inaccesible al desaliento.
En Público es donde más se habla de corrupción. Los columnistas tienen un intenso debate. Juan Carlos Escudier habla –mal- del hijo de Chaves. "Al hijo del político le llueven los contratos por su valía y su desparpajo, nunca por sus relaciones o sus influencias. El aplicadísimo Iván no iba a ser la excepción a esta regla". Isaac Rosa está hecho un lío porque el pobre no sabe de qué escribir. "Pensaba escribir sobre la corrupción valenciana" -¡no! ¿en Público? ¡inaudito!- "pero tengo puesta la radio y los tertulianos me han convencido de que es mucho mayor el escándalo de los ERE", confiesa. ¿Qué radio escuchabas, Rosa, que te han pillado? Vuelve al redil y cambia de emisora y "otros tertulianos" le "hacen dudar, dicen que la Gürtel es mucho peor. Así no hay quien escriba tranquilo una columna", dice el pobre. Pues que lea a su compañero Joan Garí y se le pasará este lapsus de neutralidad. "Ante la evidencia de lo corrupto, el elector derechista se pregunta dónde puede residir el escándalo (...) Solo la izquierda se rasga las vestiduras. Y luego se quejarán algunos con sus sollozos retóricos más lastimeros, de que la 'izquierda' se considere moralmente superior a la 'derecha'. No es que se considere, hermanos, es que lo es". Ole, ole y ole. Y a dejarse de tanta dudita y tanta leche, a ver si ahora se van a poner en plan disidente.
La Gaceta encuentra al "más sublime Zapatero", que dijo en China que "cuando un niño aprende a decir amigo o paz, brota la semilla del español". Ay, qué bonito. Lo que me extraña es que a continuación no le atice por defender el español en China y no en Cataluña. Lo echo en falta.
La Razón cuenta que Fukushima está plagadito de perros radiactivos. Cómo lo oyen. "Miles de animales deambulan por los pueblos que rodean la central nuclear abandonados por sus dueños evacuados (...) no saben dónde ir y se encuentran sin alimento ni hogar". Pobres animalitos. Pero esto no es lo peor. "No les espera un destino muy esperanzador. No volverán con sus dueños, ya que al haber estado expuestos a altas dosis de radioactividad serán sacrificados. Son un peligro andante, y como tal serán tratados".
Y Antonio Burgos se lía tortas en ABC con los tertulianos. Dice que hay un idioma que da "muchísimo prestigio social: el tertulianés". "Los analistas políticos son unos señores que en las tertulias de Radio o TV proclaman con gran solemnidad las mayores obviedades y chorradas, gracias al idioma que hablan: el tertulianés". Por si no lo conocen, Burgos pone un ejemplo. "A día de hoy y hasta donde yo sé, falta ponerlo blanco sobre negro, pero es un asunto de mucho calado que va a tener un largo recorrido, y es por ello que depende de la deriva que tome, ya que según las fuentes que manejo y con la que está cayendo, creo que va a ser que no". ¿Les suena?