Un agricultor de Ribarroja (Valencia) ha fallecido tras quemarse a lo bonzo en un garaje a pocos metros de su casa, después de perder su empleo.
Según cuenta El Mercantil Valenciano, el hombre acudió a un bar próximo a su casa, donde consumió alcohol y avisó de sus intenciones suicidas. El propietario del local explica que, el día antes del suicidio, "nos contó que había discutido con el jefe y que le había pedido la cuenta. Él llevaba toda la vida trabajando en el campo, en la masía. Esa noche noche bebió, y eso que él no consumía prácticamente alcohol".
A la mañana siguiente, el hombre regresó al mismo bar y tomó tres copas de coñac. Se le vio nervioso, habló de sus intenciones suicidas y amenazó con quitarse la vida por la pérdida del trabajo, "pero cómo íbamos a creer que hablaba en serio", explica el dueño del local. Otros clientes le respondieron que no hablase en esos términos, pero en ningún momento lo creyeron.
"No sé qué le pasó por la cabeza, pero eso no tenía que haberlo hecho, hombre... ¡Nunca! Por muchos problemas de dinero que uno tenga, siempre habrá una solución, pero no ésa", lamenta el hostelero.
El fallecido, de 56 años, estaba casado y tenía un hijo de 15 años de edad. Su sueldo era la única fuente de ingresos del hogar y llevaba años desempeñando el mismo trabajo. Se quitó la vida en su primer día como parado.
