
En las aguas del lago Rice, ubicado en Minnesota (Estados Unidos), habita una especie de pez poco conocida pero fascinante por su asombrosa longevidad y resistencia al paso del tiempo.
Se trata del pez búfalo de boca grande, considerado actualmente el pez de agua dulce más longevo del planeta. Originario de Norteamérica, específicamente de zonas de Estados Unidos y Canadá, este pez puede superar con facilidad el siglo de vida. De hecho, investigaciones recientes han documentado ejemplares que han alcanzado los 127 años, sin presentar signos visibles de envejecimiento biológico.
Catalogada como "chatarra"
Durante décadas, esta especie fue subestimada e incluso catalogada como "chatarra" por muchos pescadores. Sin embargo, con el renovado interés de la comunidad científica, su estudio ha revelado características extraordinarias. Al analizar parámetros como la longitud de sus telómeros —fragmentos de ADN ubicados en los cromosomas que marcan el límite de las divisiones celulares— y los niveles de células inmunes, los biólogos descubrieron algo inusual: el proceso de envejecimiento no parece afectar negativamente al pez búfalo, y sus funciones biológicas, en lugar de deteriorarse, parecen fortalecerse con el tiempo.
A pesar de esta notable capacidad de adaptación, la especie enfrenta un desafío que amenaza su futuro: desde hace más de seis décadas no se ha registrado una nueva generación que alcance la madurez en el ecosistema del lago Rice.
Curiosamente, esta situación no parece deberse a la intervención humana directa, ya que muchos pescadores en regiones como Texas, Manitoba o Luisiana consideran que esta especie carece de valor comercial, por lo que rara vez es capturada. El verdadero riesgo viene de los depredadores naturales, como el lucio, una especie que también se reproduce en el lago.
El problema radica en que los lucios desovan mucho antes que los peces búfalo. Como consecuencia, las crías de lucio crecen rápidamente y se alimentan de las larvas de pez búfalo, impidiendo que estas últimas sobrevivan lo suficiente para alcanzar la madurez. Este desequilibrio ecológico plantea una seria amenaza para una de las especies más longevas y biológicamente sorprendentes del mundo acuático.
