Lo que en los años 80 y 90 fue un barrio obrero de familias trabajadoras, hoy muchos lo describen con palabras como "decadencia, abandono y miedo". Coronación, uno de los barrios más antiguos de Vitoria, vive una situación límite que ha encendido todas las alarmas vecinales. La inmigración masiva, la delincuencia, la okupación y la dejadez del separatismo vasco y del Partido Socialista han hecho saltar todo por los aires. Así lo recoge también el diario El Correo, que ha pasado una semana entera en Coronación pulsando el ambiente del barrio, visitando comercios, hablando con vecinos y retratando una situación cada vez más tensa.
Con un 10% más de población extranjera que hace una década y una alta cifra de mayores de 65 años, Coronación es hoy un barrio partido en dos. Un vecino lo resume así: "Esto se ha convertido en un estercolero multicultural". Y es que, los vecinos no se andan con rodeos. "Hay que decirlo muy claro: este barrio tiene problemas por la inmigración y por los okupas", comenta otro residente, harto de la situación. La presencia policial es constante, pero insuficiente. "La Policía está, pero los okupas y los delincuentes siguen ahí. Nosotros tememos salir a la calle", dice una vecina mayor.
La degradación es visible. La zona carece de centro de salud, pese al evidente envejecimiento de su población. Al atardecer el barrio se transforma. Las patrullas de la Policía Local y la Ertzaintza recorren sus calles cada día, respondiendo a robos, agresiones o peleas. Hace apenas unos días, el barrio volvió a estar en el foco mediático tras el intento de impedir la detención de dos menas tras un robo. Cincuenta personas, en su mayoría inmigrantes, rodearon a la Policía al grito de "racistas". Fue necesaria la intervención de más de una decena de patrullas y el cierre temporal de la calle. Un vecino lo recuerda con indignación: "Aquí ya no se respeta ni a los agentes".
Ya es un "gueto"
Un 33% de los locales comerciales del barrio —fruterías, bazares, carnicerías, peluquerías, tiendas de segunda mano— están gestionados por personas de origen marroquí, colombiano, chino, nigeriano o pakistaní. Algunos vecinos valoran esta revitalización comercial, pero alertan de que la convivencia real brilla por su ausencia. "En la tienda te saludan, pero en el portal ni te miran", confiesa otro habitante.
Para muchos, Coronación es ya "un gueto". "Los políticos se han desentendido completamente", lamenta un vecino. Otros denuncian la pérdida de civismo. "Han robado a varias amigas. Cada día me da más miedo salir a la calle", dice una joven.
El barrio donde hoy se pueden comprar dátiles del Valle del Draa o productos africanos es también el lugar donde muchos temen dejar sola a su madre o salir tarde del trabajo. La fractura social es cada vez más evidente, y son numerosos los vecinos que denuncian una situación de emergencia provocada por la inmigración masiva que habita este histórico barrio de Vitoria.