¿Cuánta importancia tiene el colchón en el que se duerme?
El colchón es un elemento esencial para un buen descanso, cada persona necesita uno diferente. Descansar adecuadamente depende del colchón.
Cuando uno pasa una mala noche, al día siguiente se siente cansado, irritable y con dolor muscular. Para evitarlo, es necesario, entre otras cosas, descansar sobre un buen colchón, esto será clave para conseguir una buena calidad del sueño y proteger la salud.
Las personas, según la ciencia y diferentes estudios, necesitan al menos entre 7 y 8 horas de sueño para tener buena salud, reparar el cuerpo y reafirmar lo que se ha aprendido durante el día. Si bien es cierto que hay quien con menos horas de sueño llega con energía al final del día, a nivel celular y de recuperación no es lo adecuado. Lo que está claro es que nadie puede prescindir de ese descanso, porque el sueño perdido no se recupera, sin embargo, los efectos negativos de dormir mal se acumulan y las consecuencias para la salud aparecerán a corto, medio y largo plazo.
A pesar de que todo el mundo conoce la importancia de un buen descanso, a menudo no se cumple con esta premisa, lo que tiene consecuencias negativas en a salud física y mental. Y es que para dormir bien no basta con tumbarse a descansar durante siete u ocho horas, sino que es imprescindible contar con un colchón de calidad que se ajuste a las necesidades de cada uno.
Un buen colchón tiene numerosas ventajas directas e indirectas. En primer lugar, evitará dolores de cuello y espalda, muy frecuentes al dormir en una superficie demasiado dura o demasiado blanda. Por otra parte, proporciona todos los beneficios indirectos que trae un buen descanso, como por ejemplo reducir el riesgo de enfermedad cardíaca o disminuir el estrés. Por supuesto, la piel del rostro también agradece un buen descanso ya que no se presentarán las temidas ojeras o bolsas bajo los ojos.
¿Cómo debe ser el colchón?
Para conseguir un buen colchón, hay que prestar atención no solo a sus características, sino también a las de quien va a dormir en él. Según la OCU hay dos aspectos que es importante analizar a la hora de adquirirlo: la firmeza y el material del que está hecho. También es muy importante fijarse en qué manera se duerme para ver qué colchón se adapta mejor.
¿Cómo de importante es esto? Tanto como que si se duerme de lado, lo mejor es optar por un modelo que sea blando para no hacerse daño en las caderas o en los hombros; mientras que si se duerme boca arriba o boca abajo será inteligente optar por uno algo más duro. El peso también influye, por lo que si es una persona de poco peso será mejor un colchón blando, mientas que si se tiene sobrepeso será mejor uno duro.
En cuanto a los materiales, hoy en día se pueden encontrar modelos hechos de espuma, de látex o híbridos. Al analizar este aspecto hay que fijarse en si se quiere mantener el calor, para lo que será mejor un clásico colchón de espuma, o estar frescos, para lo que será mejor uno de látex.
El colchón afecta a la salud y a la calidad del sueño
Cuando se utiliza un colchón incómodo o que sea demasiado viejo, es cuando aparecen los dolores de cuello y espalda. Si se quiere evitar esto, lo mejor es conocer las cualidades físicas de cada uno, para mejorar la salud y la calidad de sueño.
Para aquellas personas que sufren de dolores de espalda, articulaciones y cuello, lo más recomendable es escoger un colchón firme, ya que esta firmeza es la que se encargará de proporcionar la comodidad que el cuerpo está buscando. Por supuesto, no hay que olvidarse de que una mala postura o un mal colchón pueden hacer que la columna esté mal alineada. Cuando esta es mantenida durante un largo periodo de tiempo en una posición que no es la adecuada, provoca que al día siguiente el usuario experimente complicaciones, como demasiado estrés o tensión. Pero, ¿Qué beneficios trae un buen colchón?
- Alivia dolores musculares
Si uno se levanta con dolor de espalda o contracturas puede que el origen esté en el colchón, que sea inadecuado o esté en mal estado o desgastado. Esto es importante saberlo porque hay que descansar sobre un colchón con una firmeza acorde al peso, a la constitución física, la forma de dormir, y que evite puntos de presión que provocan las contracturas.
- Mejora la salud mental o las funciones cognitivas
Algunos estudios han señalado que pasar tres días consecutivos durmiendo cuatro horas o menos provoca la muerte de las neuronas. Si por culpa del colchón no se duermen las horas suficientes o no se tiene un sueño reparador es muy probable que la memoria no funcione al 100% y, por ello, aumente el riesgo de sufrir desde estrés a depresión.
- Alimentación y descanso
Según un estudio estadounidense, dormir menos de cinco horas al día provoca que el organismo segregue un 15,5% menos de leptina, la hormona que hace sentirse saciado al comer y regula el almacenamiento de grasa. Pero también altera la producción de grelina, una hormona que se encarga de generar la sensación de hambre. Diversas investigaciones han demostrado que individuos con insomnio tenían alterados los niveles de esta hormona. Por eso descansar en un mal colchón puede hacer comer más de lo necesario, lo que conlleva un aumento de peso.
¿Cómo elegir un buen colchón?
Comprar un buen colchón es una inversión en salud. Aunque pueda parecer un gasto alto de primeras, hay que tener en cuenta que su durabilidad se sitúa entre los 8 y los 10 años, que garantizarán el bienestar cada día si se cuida adecuadamente. Hay que recordar también que hay un colchón adecuado para cada persona, por eso, cuando se vaya a adquirir uno, habrá que tener presente cuáles son las necesidades y características de quien va a dormir en él:
- Complexión física: existen colchones diseñados especialmente para personas corpulentas.
- Deportistas: si se practica deporte a menudo o se tienen problemas musculares hay que buscar un colchón firme pero adaptable, que reduzca las tensiones.
- Con pareja: en el caso de dormir en pareja, conviene que exista independencia de lecho, esto evita que los movimientos de uno influyan en el descanso del otro.
- Personas mayores: en camas adaptadas para personas mayores conviene que sea un colchón apto para somieres articulados.
- Niños: mejor elegir colchones que se adapten al crecimiento de los pequeños y a cada etapa de su desarrollo, con firmeza para la correcta alineación de su espalda.
- Materiales y precios: los más habituales son los de viscoelástica o de látex, aunque suelen ser más caros, son los que mejor se adaptan a las distintas formas del cuerpo, recuperando su forma en el primer caso, y siendo más firmes pero distribuyendo mejor la presión los de látex.
- Calurosos: las personas sensibles al calor pueden optar por colchones con evacuación del calor.
- Alérgicos: si se tiene asma o algún tipo de alergia a ácaros lo mejor sería escoger entre los de espuma de poliuretano o látex, aunque habrá que evitar estos últimos si se tiene alergia al látex.
- De uso esporádico: para habitaciones de invitados o para la segunda residencia, lo mejor es buscar un colchón en lo que prime el precio, como los de muelles, aunque están más en desuso son frescos y transpirables.
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