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¿Tienes un cactus? Estos son los errores más comunes al cuidarlo

Los cactus son sencillos de cuidar pero tienen sus especialidades. ¿Hay algunos errores flagrantes? Poco sol, mucha agua... Pueden llegar a morirse.

Los cactus son sencillos de cuidar pero tienen sus especialidades. ¿Hay algunos errores flagrantes? Poco sol, mucha agua... Pueden llegar a morirse.
El riego del cactus podría variar entre 8 a 15 días | Pixabay/CC/suju-foto

Cuidar cactus es muy sencillo, pero necesita su atención. Precisamente por ello es común caer en ciertos errores que terminan por robarle el encanto a estos pequeños. Lo bueno es que, al ser plantas tan resistentes, otorgan varias oportunidades para corregir lo que se hace mal.

Los cactus pertenecen a la familia de las plantas crasas (Cactaceae), cuya principal característica es que tiene la capacidad de almacenar agua para poder sobrevivir, el motivo no es otro que el hecho de que procedan de zonas desérticas donde las condiciones de calor y sequía son muchas veces extremas. Para defender este agua que acumulan normalmente tienen espinas. Ahora bien, existen muchas variedades de cactus: los hay con espinas, sin espinas, colgantes, con flores, sin flores... algo que hay que tener en cuenta porque los cuidados específicos van a depender de las necesidades de cada variedad de planta. Sin embargo, sí se pueden extraer una serie de recomendaciones de carácter general para cualquier tipo de cactus, por ello hay que tener en cuenta los errores más frecuentes a la hora de cuidar un cactus.

Los errores que pueden afectar a tus cactus

Los cactus son plantas fascinantes y únicas que han ganado popularidad en los últimos años debido a su apariencia peculiar y su capacidad para sobrevivir en condiciones extremas. No obstante, el hecho de que sea resistente no es sinónimo de inmortal, por lo que hay que prestarles los cuidados básicos para garantizar su bienestar.

Muchos propietarios de cactus cometen el error de no investigar y comprender las necesidades específicas de su especie de cactus, el motivo es que cada tipo de cactus tiene requisitos de cuidado ligeramente diferentes en términos de luz, riego y temperatura. Es importante investigar y aprender sobre el cactus que se tiene para poder proporcionarle las condiciones óptimas.

  • El riego en exceso puede ser perjudicial para la salud de los cactus y terminar pudriéndolos. Los cactus almacenan agua en sus estructuras, esto es lo que les permite sobrevivir en el desierto y afrontar las sequías, por tanto, el principal error al cuidar este tipo de plantas es excederse en el riego ante la falta de claridad de cuánta agua debe ponerse. Pues bien, cuando la planta se inunda, sus raíces y estructuras internas empiezan a pudrirse. Si no se soluciona este problema, entonces la planta morirá. Ahora bien, ¿Cuándo regar la planta? Para saberlo es tan sencillo como tocar el sustrato, si este se nota seco, es momento de regar, por tanto, dependiendo del clima, esto podrá variar entre 8 a 15 días. Otra cosa que debe considerarse es la humedad, muy relacionada con el riego. Hay una serie de plantas a las que les agrada que se les pulverice algo de agua en las hojas, pero para los cactus esto no es adecuado.
  • No quitar el agua que sobra del riego. Cuando se riega el cactus, es normal ver cómo el agua sale por los agujeros de drenaje de la maceta y se queda en el plato. Para que la salud del cactus no se vea afectado por el exceso de humedad, hay que retirar esa agua sobrante del plato después de cada riego. Es tan sencillo como esperar unos 10 minutos para asegurarse de que no sale más.
  • Quedarse muy corto de agua durante el riego. Otro de los fallos más comunes al cuidar los cactus es pensar que no necesitan agua. Aunque estas plantas aguantan bien las épocas de sequía, si se observa que el tallo se arruga o se pone amarillo o marrón es un claro síntoma de que necesita agua con urgencia. Hay que regarlo con moderación y cada cierto tiempo, pero, como cualquier planta, también necesita agua para sobrevivir.
  • Usar un sustrato demasiado compacto. Las plantas crasas, como las suculentas y los cactus, necesitan de una tierra que drene bien para evitar la acumulación de agua. Es importante evitar emplear solo sustrato universal, además se puede crear un sustrato único para cactus mezclando dos partes de sustrato universal con un tercio de piedra pómez u otra piedra volcánica que sea porosa y ligera.
  • Colocarlas en un lugar demasiado soleado. No todos los cactus aguantan igual de bien las temperaturas más cálidas, especialmente las de las horas centrales del día en verano. Por eso, hay que observar bien cómo se desarrolla el cactus y, si le da el sol entre las 12 y las 4 de la tarde y se ve que se está poniendo marrón, lo que le pasa es que recibe demasiado sol directo. Por tanto, hay que cambiarlo de ubicación a un lugar en el que reciba luz, pero no tan directa.
  • Carencia de luz. Otro de los errores más comunes al cuidar los cactus es dejarlos en zonas con poca luz. Se podrá comprobar que se está cometiendo este error cuando se observe que el cactus crece de forma alargada y con color amarillo. Además, si también se está cometiendo el error de excederse en el riego, entonces la planta morirá mucho más fácil en la sombra.
  • Exceso de abono. Un exceso de abono, especialmente los que cuentan con grandes dosis de nitrógeno, pueden dañar los cactus. Y es que el nitrógeno se emplea para que las plantas crezcan más rápido, pero en el caso de los cactus puede provocar que todos sus recursos se destinen a su crecimiento en lugar de a protegerse contra las plagas. Por tanto, lo ideal es emplear siempre un abono específico, según las instrucciones del fabricante y sin pasarse con las dosis.
  • Trasplantarla fuera de temporada. Hay que evitar cambiar los cactus de maceta o llevarlos al exterior de casa entre los meses comprendidos entre otoño e invierno. Lo más adecuado es hacerlo cuando las temperaturas son cálidas o, de lo contrario, podrían verse muy dañados por el trasplante. Además, lo más recomendable es que, para trasplantar los cactus, se utilicen unos guantes especiales o manoplas para evitar clavarse las espinas.
  • Pasarse con el tamaño de la maceta. Es uno de los errores más habituales al cuidar cactus. Mientras que otras plantas verdes sí que necesitan grandes macetas para desarrollar su sistema radicular, los cactus no tanto. De hecho, una maceta grande hará que su raíz crezca en detrimento de la parte superior. Además, en una maceta grande, la tierra absorberá más agua, lo que terminará perjudicando su salud, sin embargo, de lo que hay que asegurarse siempre es de que tengan agujeros de drenaje para que expulsen toda el agua sobrante.
  • Creer que todos los años va a florecer el cactus. Aunque la mayoría de cactus pueden ofrecer flores, lo cierto es que en interior es más complicado verlas. Aun así, hay tipos de cactus que pueden dar flores cada verano, otros por las noches y otros cada 50 años. Para que florezcan pueden llevarse al exterior durante los meses de más calor y aplicar un fertilizante para tomates, pero limita de la dosis que requiere esta fruta. Y siempre tener en cuenta que un cactus ya es bello de por sí, no necesita de las flores que, además, en ocasiones, son muy pequeñas y estéticamente sin ningún valor.
  • Cultivar cactus en una maceta de plástico. Las macetas de plástico son muy usuales y es posible encontrar diseños hermosos, pero estas no son las más adecuadas para los cactus. Esto se debe a que este tipo de recipientes retienen el agua con facilidad, generando el encharcamiento de la planta. Aunque es normal que al comprar un cactus venga en una maceta de plástico, lo adecuado sería trasladarlo a una de barro o arcilla. Este tipo permite que el agua se evapore rápido, así que el agua que la planta no consuma no será un problema. En ambos casos es necesario que las macetas tengan muy buen drenaje, esto se logra con los agujeros que hay debajo de ellas, los cuales deben ser pequeños, pero suficientes.
  • No proteger los cactus de daños físicos. Al ser plantas espinosas, es fácil hacerse daño al manipularlos. También es importante protegerlos de las mascotas curiosas o los niños pequeños que podrían dañarlos accidentalmente. Se pueden utilizar guantes y herramientas adecuadas al manipular los cactus y colocarlos en lugares seguros y fuera del alcance de posibles daños.

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