Colabora

¿Es tan bueno el flúor para los dientes como se cree?

El flúor es bueno para los dientes en algunas ocasiones, ¿puede llegar a ser perjudicial? Hay que usarlo moderadamente ya que tiene inconvenientes.

El flúor trae efectos positivos para los dientes. | Flickr/CC/Pablo Meneses

El flúor es un compuesto mineral natural que se encuentra en el agua y en la tierra. También está presente en alimentos y bebidas con distintas concentraciones. Además, se produce sintéticamente para ser utilizado en agua potable, pasta de dientes, enjuagues bucales y diversos productos químicos.

En algunos lugares las autoridades agregan flúor al suministro de agua municipal, porque los estudios han demostrado que agregarlo en áreas donde los niveles en el agua son bajos puede reducir la prevalencia de caries en la población local. Sin embargo, han surgido preocupaciones sobre el efecto del flúor en la salud, incluyendo problemas con los huesos, los dientes y el desarrollo neurológico.

Consumirlo en pequeñas dosis es aconsejable ya que proporciona tres beneficios a los dientes: aumenta la resistencia del esmalte, es antibacteriano ya que actúa frente al crecimiento de las bacterias que producen sarro y permite remineralizar la capa del esmalte.

Beneficios del flúor

Además, el flúor que se consume en las comidas y bebidas continúa aportando un beneficio tópico, porque entra a formar parte de la saliva y ayuda a reconstruir el esmalte de los dientes debilitados.

¿Cómo se obtiene el flúor?

Riesgos de un exceso de flúor

Un contenido de flúor de 0.7 ppm (partes por millón) ahora se considera mejor para la salud dental. Una concentración superior a 4.0 ppm podría ser peligrosa. La exposición a altas concentraciones de flúor durante la niñez, cuando los dientes se están desarrollando, puede causar fluorosis dental leve, ese problema consiste en pequeñas rayas o manchas blancas en el esmalte del diente. Esto no afecta la salud de los dientes, pero la decoloración puede ser notable.

Amamantar a los bebés o preparar la leche de fórmula con agua sin flúor puede ayudar a proteger a los niños pequeños de la fluorosis. Es por esto que los niños menores de 6 años no deben usar un enjuague bucal que contenga flúor y es necesario supervisar a los niños cuando se cepillan los dientes para asegurarse de que no se traguen la pasta de dientes.

La exposición excesiva al flúor puede provocar una enfermedad ósea conocida como fluorosis esquelética. Esta afección puede provocar dolor y daño en los huesos y las articulaciones durante muchos años.

Los huesos pueden endurecerse y volverse menos elásticos, lo que aumenta el riesgo de sufrir fracturas. Si los huesos se vuelven más gruesos, la acumulación de tejido óseo puede contribuir a una movilidad articular deteriorada.

En algunos casos, el exceso de flúor puede dañar la glándula paratiroidea. Esto puede resultar en hiperparatiroidismo, que implica la secreción incontrolada de hormonas paratiroideas.

Esto puede resultar en un agotamiento de calcio en las estructuras óseas, así como concentraciones de calcio más altas de lo normal en la sangre. Las concentraciones más bajas de calcio en los huesos hacen que sean más susceptibles a las fracturas.

En 2017, se publicó un informe que sugería que la exposición al flúor antes del nacimiento podría conducir a resultados cognitivos deficientes en el futuro. Los investigadores midieron los niveles de flúor en 299 mujeres durante el embarazo y en sus hijos entre las edades de 6 y 12 años. Probaron la capacidad cognitiva a las edades de 4 años y entre 6 y 12 años. Los niveles más altos de flúor se asociaron con puntuaciones más bajas en las pruebas de CI (coeficiente intelectual).

En 2014, se documentó el flúor como una neurotoxina que podría ser peligrosa para el desarrollo infantil, junto con otras 10 sustancias químicas industriales, como plomo, arsénico, tolueno y metilmercurio.

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario